Desde el día de hoy, muchos de los bancos suecos dejaron de aceptar y de entregar dinero en papel, debido a la facilidad para realizar operaciones con tarjetas o a través de celulares.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con la modificación en el sistema económico de Suecia. El cambio ya encendió las alarmas en las asociaciones de consumidores y otras voces críticas, que advierten sobre los riesgos para la privacidad y la creciente vulnerabilidad ante un cibercrimen cada vez más sofisticado. Según el periódico neoyorkino, durante 2014, la cantidad de casos de fraude electrónico trepó hasta los 140.000, más del doble que hace una década.

Según publicó el diario The New York Times, los ejemplos del pago electrónico en Suecia llegan a todos los sectores. Por ejemplo, los puestos de venta callejera de los “sin techo” tienen sistema de posnet y los feligreses pagan su diezmo por mensaje de texto.

Aquellos que están en contra de la variante también señalan que los ancianos y los refugiados, frecuentes usuarios de dinero en efectivo, pueden terminar marginados. Y que los jóvenes que utilizan la aplicación de su teléfono móvil para comprar de todo o solicitar un crédito, corren el riesgo de endeudarse.

Igualmente, por el momento el efectivo no murió del todo, ya que el banco central de Suecia, aseguró que hasta dentro de 20 años seguirá en circulación. Aunque cada día son más los consumidores que ya no llevan dinero encima.