La inclusión de Suecia en una lista de 11 países europeos donde resurgió el coronavirus generó malestar en las autoridades del país nórdico, que acusaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de malinterpretar las cifras.

«Por desgracia se trata de una interpretación totalmente errónea de los datos», declaró a la televisión pública SVT el epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública, Anders Tegnell, quien vinculó el alza con el número mayor de test que realiza Suecia en la actualidad.

Por ello, calificó como «desafortunado» mezclarla con países que hasta ahora no habían tenido problemas y que están en una fase inicial de la epidemia.

El director regional de la OMS, Hans Henri Kluge, había apuntado ayer que en esos países -la mayoría ex repúblicas soviéticas- se han producido «rebrotes muy significativos», una afirmación que las autoridades suecas consideran equivocada porque creen que no refleja la realidad de la evolución de la pandemia.

Suecia apostó en las últimas semanas por realizar más test a la población, duplicando la cifra de personas examinadas, lo que provocó a su vez un aumento de casos, aunque las autoridades resaltan que la mayor parte son leves.

Si la OMS hubiera contactado a las autoridades suecas, estas podrían haber dado una imagen «más matizada» de la situación del coronavirus en este país nórdico, reclamó Tegnell, citado por la agencia de noticias EFE.

A principios de junio, el propio Tegnell -principal responsable de la gestión de la epidemia en el país- había admitido que Suecia debió haber impuesto más restricciones, reconociendo que se han producido demasiadas muertes.

Ayer, calificó de «terrible» y evitable la cantidad de muertos por coronavirus que hubo en el país, uno de los pocos del mundo que no decretó cuarentena para contener la propagación de la enfermedad.

«Las cifras de muertos en Suecia son terribles y deberían poder haberse evitado. Eso ha sido lo peor de la pandemia y la pregunta me sigue carcomiendo: ¿qué más podíamos haber hecho?», dijo Tegnell en una entrevista con la radio pública sueca.

En una comparecencia ayer, sin embargo, el epidemiólogo se había referido al mayor número de casos, resaltando que la mayoría eran leves y que era un aspecto positivo, ya que así más gente descubriría que tiene el virus y puede tomar medidas para no transmitirlo.

Suecia registró hasta ahora 63.890 casos y 5.230 muertos por la Covid-19, con un índice de mortalidad cinco veces superior al de Dinamarca, nueve al de Finlandia y diez al de Noruega, aunque por debajo de los países más castigados como Italia, España, Reino Unido y Bélgica.

La elevada mortalidad provocó una ola de críticas a las autoridades por adoptar una estrategia más suave, que ha incluido muchas recomendaciones a la población para tratar de proteger a los grupos de riesgo y algunas restricciones, pero que ha mantenido abiertos bares, restaurantes y escuelas.

El número de muertes se fue reduciendo de forma lenta desde mediados de abril, aunque todavía se mantiene por encima del resto de países nórdicos, que sí optaron por más restricciones pero tampoco confinaron a la población.

Tegnell destacó ayer que hace semanas que Suecia no tiene una mortalidad superior a la habitual y que el número de pacientes en cuidados intensivos se mantiene en un nivel bajo, por debajo de 200 por primera vez en meses.