Los rescatistas mantenían este jueves la búsqueda de un niño y dos alemanes desaparecidos tras las fuertes inundaciones que dejaron diez muertos, entre ellos una pareja de británicos y una holandesa, en la turística isla española de Mallorca.

«Seguimos la búsqueda del matrimonio alemán y del niño de 5 años desaparecidos», escribió en Twitter al final de la mañana el gobierno regional de las islas Baleares, que incluyen a Mallorca.

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Sin descartar la posibilidad «de encontrar más desaparecidos que no hubieran sido identificados», advirtió Catalina Caldera, consejera del gobierno regional balear.

Unas 900 personas, entre ellos buzos, colaboraban en la búsqueda, así como en la limpieza de la zona devastada, al este de esta isla conocida por sus playas muy frecuentada por alemanes y británicos.

«Se emplean perros con capacidad de búsqueda de cadáveres y drones,» indicó a la cadena Antena 3 el teniente coronel Javier Moreno de la Unidad Militar de Emergencias.

Un portavoz de la delegación del gobierno español en Baleares precisó que el niño de cinco años estaba en un vehículo con su madre, hallada muerta, y su hermana, que sobrevivió.

Según medios locales, la madre alcanzó a poner a salvo a la hija antes de que el coche fuera arrastrado por la corriente, un extremo que el portavoz no pudo confirmar.

Los dos alemanes son buscados luego de que su automóvil fuera encontrado en buen estado con su documentación en el interior, pero «ellos no han podido ser localizados», acotó el portavoz.

Según el último balance, diez personas murieron, entre ellos la pareja de ciudadanos británicos, una holandesa y otro hombre probablemente extranjero, en las inundaciones por violentas precipitaciones la tarde del martes sobre Mallorca.

Minuto de silencio de Nadal

Mientras el gobierno regional decretó tres días de luto, el número uno del tenis mundial Rafael Nadal participó este jueves en un minuto de silencio en su academia deportiva en Manacor, ciudad cercana al área devastada de donde es originario.

Un día antes, Nadal echó una mano «por varias horas», según testigos, a los afectados, achicando barro, botas de agua y ropa sucias, en el pueblo más afectado, Sant Llorenç des Cardassar.

En esta localidad, a unos diez kilómetros del mar y a 60 de Palma de Mallorca, capital del archipiélago balear en el Mediterráneo, un torrente que se desbordó y arrasó todo a su paso.

Vehículos apilados o empotrados, pedazos de muebles regados, cascotes, árboles arrancados de cuajo y mucho barro: las imágenes en Sant Llorenç eran desoladoras.

Entre los automóviles arrastrados se encontraba el taxi donde viajaban los dos británicos, según el portavoz de la delegación del gobierno, hallados muertos dentro del vehículo. El conductor, también fallecido, fue encontrado más lejos.

«Nadie nos ha avisado»

La intensidad de las lluvias, más de 220 litros por metro cuadrado en pocas horas, tomaron a todos por sorpresa.

«La tragedia de Mallorca revela fallos en la coordinación y el urbanismo», tituló este jueves el diario El País, señal de una polémica que comienza a tomar cuerpo.

«Nadie se esperaba esto y nadie nos ha avisado», se queja Antonio Galmés Riera, de 55 años, que sacaba la mañana del jueves barro y agua con un cubo de su casa en Sant Llorenç, ya bajo un brillante sol. «Esto es un desastre. Yo tenía aquí cosas muy valiosas», lamenta.

Para la organización Ecologistas en Acción, «la tragedia de Sant Llorenç podría haberse evitado» si la legislación que prohíbe construir en cauces y zonas de alto riesgo de inundación se hubiera respetado.

«Mi casa no se ha visto afectada, pero he venido a ayudar. Hay mucha cosa que quitar, demasiada», dice Marina Bisquerra, una adolescente que como muchos voluntarios sacaban lodo y agua de las casas y retirar restos de las calles, sembradas de ramas y coches y muebles destruidos.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, visitó el miércoles las zonas afectadas y prometió fondos para ayudar a las víctimas.

Las islas Baleares recibieron el año pasado a 13,8 millones de turistas extranjeros, principalmente de Alemania y Reino Unido, dos países con muchos residentes en Mallorca.