MARTES, 26 DE NOV

Siete muertos en un atentado suicida frente a la embajada rusa en Afganistán

El atacante se inmoló cerca de la entrada de la sección consular de la Embajada. El portavoz del Kremlin calificó el suceso como “un atentado terrorista inaceptable”.

Dos empleados de la embajada rusa en Kabul, la capital de Afganistán, y cuatro afganos murieron este lunes en un ataque suicida cerca de la legación diplomática, en el primer ataque contra una misión extranjera desde la vuelta al poder de los talibanes en agosto de 2021.

El atacante se inmoló cerca de la entrada de la sección consular de la Embajada, con lo que suman siete las víctimas fatales del suceso, calificado como «un atentado terrorista inaceptable» por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Afganistán confirmó la muerte de dos empleados de la embajada.

Además, cuatro afganos que esperaban para acceder a los servicios consulares también murieron y varios más resultaron heridos, dijo la policía de Kabul.

«A las 10.50 horas locales (3.20 en la Argentina), en las inmediaciones de la embajada rusa en Kabul, un combatiente no identificado accionó un artefacto explosivo. Dos empleados de la misión diplomática murieron en el ataque», informó el ministerio en un comunicado, que también precisó que había «heridos entre los ciudadanos afganos».

La embajada rusa «está en contacto estrecho con los servicios de seguridad afganos, que han abierto una investigación», precisó la cartera de Exteriores, reprodujeron las agencias de noticias AFP y Europa Press.

El ministerio agregó que tenía conocimiento de al menos 15 víctimas entre muertos y heridos, número que incluye a los dos empleados fallecidos.

Sin embargo, los registros de muertes varían: de acuerdo con una fuente de un hospital local, 10 personas fallecieron en la explosión, mientras que ocho resultaron heridas y fueron hospitalizadas, informó la agencia de noticias Sputnik.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, afirmó que ya se tomaron las medidas para reforzar la seguridad de la embajada, en particular con la asistencia de las autoridades talibanas, y expresó su deseo de que los autores del atentado reciban su castigo próximamente.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Afganistán espera que el atentado no afecte sus relaciones con Moscú, declaró el representante del organismo, Abdul Kahar Balkhi.

Ningún grupo armado reivindicó el atentado hasta el momento.

La misión rusa es una de las pocas misiones internacionales que aún operan y realizan servicios consulares en Kabul, y la única europea.

La mayoría de las naciones cerraron sus embajadas cuando los talibanes regresaron al poder en agosto de 2021, tras 20 años de gobiernos respaldados por Occidente y en momentos en que Estados Unidos y la OTAN retiraban sus tropas de Afganistán.

El atentado fue repudiado por la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama), que resaltó «la necesidad de que las autoridades de facto tomen medidas para garantizar la seguridad de las personas y las misiones diplomáticas».

Desde que los talibanes regresaron al poder en agosto pasado, la violencia en Afganistán disminuyó en gran medida.

El atentado de este lunes es el primero contra una misión extranjera desde que los talibanes tomaron el poder hace un poco más de un año. Este tipo de atentados fueron poco comunes, incluso las dos décadas anteriores.

En 2017, los talibanes detonaron un enorme camión bomba en un distrito de edificios gubernamentales y embajadas, donde murieron más de 90 afganos; en 2015, un coche bomba talibán estalló frente a la Embajada de España y mató a un guardia de seguridad.

En los últimos meses, algunos de los ataques con bomba que sacudieron el país estuvieron dirigidos a comunidades minoritarias y muchos de ellos fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que atenta principalmente contra comunidades minoritarias, como los chiitas, los sufíes y los sijs.

La semana pasada, un ataque suicida en una de las mezquitas más grandes del oeste de Afganistán, en la ciudad de Herat, mató al menos a 18 personas, incluido Mujib ur Rahman Ansari, un influyente clérigo que había pedido decapitar a quienes cometieran incluso «el más mínimo acto» contra el gobierno.

Se trata del segundo clérigo pro talibán que muere en una explosión en menos de un mes, después de que Rahimullah Haqqani falleciera en un ataque suicida en su centro de Kabul.

El 17 de agosto, al menos 21 personas murieron y decenas resultaron heridas cuando una explosión destruyó una mezquita llena de fieles en Kabul.

Aunque el EI es un grupo islamista de confesión sunita, como los talibanes, ambos son rivales y difieren mucho en cuanto a su ideología.

Según el Gobierno talibán, el EI fue derrotado pero los expertos aseguran que el grupo es el principal reto de seguridad para los nuevos responsables islamistas del país.

 

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