El ex presidente de Brasil Lula da Silva  reconoció que tuvo que lidiar con «muchas cosas inmorales y chantajes» durante sus años al frente del gobierno. “Esa era la única forma de gobernar” el país, afirmó el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) en un encuentro con el ex presidente uruguayo José Mujica, y que reproduce el libro “Una oveja negra al poder”, escrito por los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz y presentado en esta semana en Buenos Aires.

En el libro se asegura que Lula vivió el episodio de la corrupción con «angustia y un poco de culpa». Algunos interpretaron los comentarios como una «confesión» de que permitió prácticas ilegales durante su presidencia (de 2002 a 2010). Uno de los autores lo desmintió al portal de noticias G1: «Lula estaba hablando sobre ‘cosas inmorales’ y no sobre el [caso de corrupción]mensalão. Lo que Lula transmitió a Mujica fue que es difícil gobernar Brasil sin convivir con chantajes y ‘cosas inmorales», aclaró.

El escándalo del mensalão estalló en 2005 y destapó una red de compra de votos en el Congreso. En total, 37 personas fueron condenadas, entre ellos el ex jefe de gabinete del gobierno de Lula, José Dirceu, y el ex tesorero del PT, Delúbio Soares.

El PT vive una de las épocas más tensas de su historia. El gigantesco esquema de corrupción de la estatal Petrobras ha salpicado, entre otros, a João Vaccari, que ejerció de tesorero y hoy está acusado de 44 delitos de lavado de dinero. Por otra parte, la Fiscalía General de la República abrió en abril una investigación preliminar a Lula en búsqueda de indicios de un supuesto tráfico de influencias al mediar entre Gobiernos extranjeros y la constructora brasileña Odebrecht.

Por su parte, el Instituto Lula, la fundación que creó el ex presidente, respondió a las especulaciones con un comunicado en el que afirma: «Lamentamos que una vez más la prensa brasileña utilice imprecisiones para crear indicios de un supuesto tráfico de influencias al mediar entre gobiernos extranjeros y la constructora brasileña Odebrecht”.

Mujica, que «admira profundamente» a Lula, según los periodistas, también lo defendió en el libro. “No es un corrupto como sí lo era Collor de Mello y otros ex presidentes brasileños. Elmensalão es más viejo que el agujero del mate.