“En el país del golpe, las grandes decisiones son tomadas en Washington y Wall Street, y la orden dada es vender y saquear a Brasil”, denunció el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) mediante un comunicado publicado el jueves en su página web.

De igual modo, subrayó que el golpe parlamentario-judicial bajo la figura de un juicio político, conocido como impeachment perpetrado el año pasado contra la expresidenta constitucional Dilma Rousseff que le entregó la Presidencia a Michel Temer, el entonces vicepresidente, siempre tuvo como propósito principal hacer retroceder a Brasil a la época colonial, de país pequeño, dependiente, tecnológicamente atrasado y sumiso a los intereses del gran capital internacional.

“En realidad, el verdadero motivo para la implantación de esas medidas antibrasileñas es realizar grandes negociados que solo enriquecerán a los golpistas y sus socios en detrimento de los intereses nacionales”, advirtió al respecto.

Ante el intento de “vender el patrimonio del pueblo de Brasil”, la agrupación política llamó a la ciudadanía y a todas las fuerzas sociales de la nación suramericana “a resistir de todas las formas posibles esos crímenes que condenan al país y las futuras generaciones a la dependencia, el atraso y la sumisión”.

En el país del golpe, las grandes decisiones son tomadas en Washington y Wall Street, y la orden dada es vender y saquear a Brasil”, denuncia el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT).

El Senado de Brasil aborda la anulación del impeachment a Dilma Rousseff, al superar considerablemente el plan el índice de votos necesarios para arrancar el debate.

El “golpe de Estado” contra Rousseff comenzó a gestarse en 2015 por haber supuestamente “maquillado” cuentas públicas a través de las llamadas “pedaladas fiscales”. Al final, el 31 de agosto de 2016, el Senado de Brasil declaró a Rousseff culpable de corrupción, con 61 votos a favor y 20 en contra, y ordenó su destitución definitiva.

La decisión provocó las reacciones de distintos Gobiernos de América Latina, entre ellos Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia, analistas políticos y demás personas, que comulgan con el concepto de “golpe parlamentario” fraguado por el Senado de Brasil.

Esto mientras el actual mandatario brasileño, Michel Temer, que acaba de cumplir un año frente al Gobierno tras el juicio político que sacó del poder a Dilma Rousseff, ha recibido constantes críticas por sus medidas económicas y polémicas decisiones.