Tres hombres y una mujer fueron secuestrados en el noreste de México poco después de cruzar la frontera, en un incidente registrado a raíz de una confrontación a tiros entre grupos criminales en la que falleció un ciudadano mexicano, según autoridades de ambas naciones.

Las cuatro víctimas del secuestro, no identificadas, viajaban en una minivan blanca con placas de Carolina del Norte cuando ingresaron a Matamoros, Tamaulipas, el viernes.

La Casa Blanca dijo que está siguiendo de cerca el secuestro, que calificó como «inaceptable», y señaló que el presidente estadounidense Biden está al corriente de la situación. «Estamos dispuestos a proporcionar toda la asistencia consular apropiada y las fuerzas del orden estadounidenses están en contacto con las fuerzas del orden mexicanas», declaró a la prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

Por su parte, la embajada estadounidense en México informó que en el incidente, ocurrido el viernes, «murió trágicamente un ciudadano mexicano inocente», sin ofrecer más detalles, y que funcionarios de ambos países colaboran para rescatar a los cautivos.

«Oficiales de diversas agencias de procuración de justicia estadounidense están trabajando con las autoridades mexicanas en todos los niveles de gobierno para lograr el regreso a salvo de nuestros compatriotas», detalló la legación diplomática.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que su gobierno estaba atendiendo el caso y que confiaba en que se resolviera. «Se está viendo ya este asunto, fue en Matamoros. Ya se está atendiendo, yo creo que se va a resolver, eso espero, deseo», informó el lunes en su conferencia diaria.

Una fuente oficial mexicana dijo que las víctimas son tres hombres y una mujer. Los hombres armados dispararon contra los pasajeros poco después de que su vehículo cruzara a México y luego los metieron en otro vehículo antes de huir de la escena, dijo la embajada en otro comunicado.

Según López Obrador, las víctimas habían atravesado la frontera «para comprar medicamentos». El mandatario añadió que la agencia federal de investigación estadounidense está en comunicación con la secretaria de Seguridad Pública de México, Rosa Rodríguez.

El FBI ofreció una recompensa de 50,000 dólares por el regreso de las víctimas y el arresto de los involucrados.