El número de muertos tras el paso del tifón Habigis que azotó al Japón no deja de aumentar y subió a 68 este martes, mientras los rescatistas luchan entre barro y escombros para hallar a los desaparecidos, y miles de hogares permanecen sin agua ni electricidad.

El sábado por la noche, Hagibis tocó tierra procedente del Pacífico con ráfagas de casi 200 km/h, precedido por lluvias intensas que afectaron a 36 de los 47 departamentos del país y provocaron deslizamiento de tierras y el desborde de 176 ríos.

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“Aún quedan muchas personas desaparecidas”, dijo el primer ministro japonés Shinzo Abe, en una reunión de emergencia. “Los equipos hacen cuanto pueden para buscarlas e intentar salvarlas, y trabajan día y noche”, agregó.

Las prefecturas centrales de Fukushima y Nagano fueron las más castigadas por las inundaciones y desbordes de ríos el domingo, y entre ambas suman más de 3.400 personas evacuadas de sus hogares y que continúan en refugios temporales este martes, informó la cadena estatal NHK.

La catástrofe también desencadenó cerca de 150 corrimientos de tierra en diferentes puntos del país, destruyó puentes y rutas, y dañó el tendido eléctrico y la red de abastecimiento de agua en varias zonas.

Unas 133.000 viviendas continuaban sin agua este martes, según datos del Ministerio de Sanidad, mientras que otras 35.000 seguían sin luz, informó la compañía eléctrica Tepco.

En cambio, la mayor parte de las conexiones ferroviarias del país volvieron a funcionar hoy con normalidad, a excepción de la línea de alta velocidad entre Tokio y Kanazawa (centro), cuyos trenes Shinkansen resultaron inundados y sufrieron daños «que llevará un tiempo considerable reparar», anunció la compañía operadora, East JR.

Mientras más de 110.000 socorristas, incluyendo 31.000 soldados, trabajan en el terreno, los meteorólogos japoneses avizoran nuevas precipitaciones y advierten del peligro de nuevos corrimientos de tierra e inundaciones.