Rusia y Ucrania se acusaron este jueves mutuamente de haber bombardeado nuevamente en la zona de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por las fuerzas rusas, antes de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir la situación en ese lugar.

Ambas partes señalaron, no obstante, que los niveles de radiación en la central, la mayor de Europa, estaban «dentro de los límites normales».

Las fuerzas ucranianas «volvieron a bombardear la central nuclear de Zaporiyia y el territorio cercano a la instalación nuclear», aseguró Vladimir Rogov, designado por Moscú como parte de la administración regional tras la ocupación en marzo.

Según Rogov, los ucranianos utilizaron sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y artillería pesada para llevar a cabo los ataques, consignó la agencia de noticias AFP.

«Los rusos bombardearon nuevamente la planta de energía nuclear de Zaporiyia», acusó por su parte el operador nuclear de Ucrania, Energoatom.

Ambos lados reportaron cinco bombardeos cerca de una unidad de almacenamiento de sustancias radiactivas.

En un comunicado posterior, Energoatom aseguró que la situación en la central está «actualmente bajo control».

La semana pasada se registraron varios bombardeos, de los que ambas partes se culpan mutuamente, en el área de esta central.

Las tropas rusas tomaron el control de esta planta el 4 de marzo, poco después del inicio de la invasión de Ucrania el 24 de febrero.

El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió hoy del riesgo de «catástrofe» en la central.

«Lamentablemente, en lugar de una desescalada, en los últimos días ha habido informaciones de incidentes profundamente preocupantes que, de proseguir, podrían llevar a un catástrofe», dijo el portugués en un comunicado.

El jefe de las Naciones Unidas instó a un cese «de inmediato» de las «actividades militares» en los alrededores de la planta, así como la retirada del personal militar y equipos de las instalaciones ocupadas por Rusia desde la invasión a Ucrania en febrero.

«El sitio no debe ser usado en el marco de operaciones militares», apuntó antes de urgir un acuerdo a «nivel técnico» que desmilitarice un perímetro de seguridad alrededor de la planta.

Estos temas serán abordados hoy en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU que está previsto que comience a las 15 hora local (16 hora de Argentina).

Del encuentro participará de forma virtual el titular de del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, que ya urgió a Kiev y Moscú que permitan el ingreso a la planta de un equipo de expertos de esta agencia de la ONU.

La reunión fue solicitada por Rusia, que tiene derecho de veto, al igual que los otros cuatro miembros permanentes (Estados Unidos, China, Francia y Reino Unido).

Ayer, el G7, grupo de países más industrializados del mundo, acusó al Kremlin de estar «poniendo en peligro» la región alrededor de Zaporiyia y exigió la devolución de la planta a Ucrania.

Rusia «debe retirar de inmediato sus tropas de dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Ucrania y respetar el territorio y la soberanía de Ucrania», dijeron los ministros de Relaciones Exteriores del G7 en un comunicado emitido en Alemania.