El Gobierno ruso acusó este martes al Reino Unido de «dirigir y coordinar» las explosiones que en septiembre pasado provocaron fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que conectan Rusia con Alemania bajo el mar Báltico y proveen el fluido a Europa.

«Nuestros servicios de inteligencia tienen pruebas que sugieren que el ataque fue dirigido y coordinado por especialistas militares británicos», declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por la agencia de noticias AFP.

«Hay pruebas de que Gran Bretaña está implicada en un sabotaje, un ataque terrorista contra (estas) infraestructuras energéticas vitales, no rusas, sino internacionales», agregó Peskov, quien advirtió que ese tipo de acciones «no pueden quedar» impunes y que el Kremlin evaluará «las medidas a tomar», tras denunciar «el inaceptable silencio de las capitales europeas».

El Ejército ruso había acusado el sábado a Londres de estar implicado en las fugas de gas en Nord Stream.

Tales acusaciones ocurrieron después de un ataque con drones ucranianos contra su flota del mar Negro en Crimea, cuya planificación Moscú también atribuyó a «expertos británicos».

La Defensa británica había denunciado las «falsas afirmaciones» de Moscú destinadas, según ella, a «desviar la atención».

El 26 de septiembre se detectaron cuatro grandes fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 frente a la isla danesa de Bornholm, dos en la zona económica sueca y dos en la de Dinamarca.

Las inspecciones submarinas preliminares reforzaron las sospechas de sabotaje, ya que las fugas fueron precedidas por explosiones.

Los gasoductos Nord Stream que enlazan Rusia con Alemania han estado en el centro de las tensiones geopolíticas desde hace años, agravadas por la decisión de Moscú de cortar el suministro de gas a Europa.