El Gobierno ruso condenó este viernes el intento de magnicidio perpetrado en la noche de este jueves contra la vicepresidenta Cristina Fernández frente a su domicilio, en el barrio porteño de Recoleta.

«Gracias a Dios, no ocurrió una tragedia», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria telefónica en la que, consultado por periodistas, negó que el presidente ruso, Vladímir Putin, tenga planeado telefonear a Fernández.

Por otra parte, Peskov también se refirió a la visita de los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que llegaron este jueves a Zaporiyia al considerar que fue “muy positiva” y que aún “es demasiado pronto” para ofrecer conclusiones.

«Globalmente, consideramos muy positivo que la delegación haya llegado y comenzado a trabajar pese a las dificultades, incluidas los problemas relacionados con las acciones provocativas de Ucrania, dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, aludiendo a los ataques a la planta de los que Moscú culpa a Kiev.

El vocero ruso agregó que el equipo del OIEA sigue trabajando en la planta donde debe «evaluar la condición de la central y los aspectos relacionados con la seguridad nuclear».

La delegación del OIEA, liderada por su director, el argentino Rafael Grossi, llegó el 1 de septiembre a la planta nuclear y recorrió las áreas clave que tenía planeado inspeccionar, donde le mostraron las secciones dañadas durante los bombardeos que Rusia adjudica a las tropas ucranianas.

Este jueves, Grossi afirmó que «la integridad física» de la central ucraniana fue «violada», tras la primera inspección de esa planta, ocupada por tropas rusas desde marzo y blanco de ataques.

Los dos bandos se acusan mutuamente de los bombardeos de las últimas semanas en la zona, que despertaron temores de un desastre nuclear.

La inspección de este jueves fue llevada a cabo por la misión del OIEA de 14 miembros que llegaron al lugar tras un riesgoso cruce de la línea de frente y poco después de nuevos bombardeos en el área.

Grossi indicó que varios miembros de la misión permanecerán «hasta el domingo o el lunes para proseguir la evaluación»

«Tenemos mucho trabajo para analizar ciertos aspectos técnicos», señaló, aunque sin precisar el número de los inspectores que se quedaron en el lugar.

Los inspectores entraron en el área desde las zonas controladas por Ucrania, una condición impuesta por Kiev, que buscaba evitar que la visita legitimara la ocupación rusa.

El Ministerio ruso de Defensa aseguró que decenas de «saboteadores» del ejército ucraniano habían cruzado en embarcaciones el río Dniéper, que separa sus posiciones, a tres kilómetros al noreste de la central, e indicó que había tomado «medidas para destruir al enemigo».

En el frente, en tanto, el Estado mayor del Ejército ucraniano dio parte por la noche de «bombardeos masivos» rusos en los alrededores de la ciudad nororiental de Jarkov, la segunda del país, la misma Zaporiyia y en las orientales Kramatorsk, Bajmut y Sloviansk.

La central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, se encuentra en el sureste de Ucrania, cerca de la ciudad de Energodar, y desde el pasado mes de marzo, permanece bajo el control de los militares rusos.

Durante las últimas semanas, Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente de bombardear las instalaciones de la planta.

Moscú alega que su presencia militar en la central persigue evitar fugas de materiales nucleares y radiactivos.