Rusia anunció que destruyó una fábrica de armas a las afueras de Kiev e informó que la ofensiva contra la capital ucraniana se intensificará en respuesta a «ataques terroristas y sabotajes perpetrados en territorio ruso».

«El número y la magnitud de los ataques con misiles en lugares de Kiev aumentarán en respuesta a todos los ataques de tipo terrorista y a los sabotajes perpetrados en territorio ruso por el régimen nacionalista de Kiev», anunció el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.

El funcionario detalló que durante las últimas horas destruyeron una fábrica de misiles tierra-aire cerca de la capital ucraniana, consignó la agencia de noticias AFP.

Horas antes, las autoridades regionales ucranianas reportaron explosiones al suroeste de la Kiev, en el distrito de Vasylkiv.

Las alarmas antiaéreas resonaron en varias ocasiones en las últimas horas, dijo el gobernador de la región de Kiev, Olexandre Pavliuk, en Telegram.

Estas declaraciones del Kremlin marcan, en principio, un cambio de estrategia de Rusia, que tras no lograr controlar la ciudad retiró sus tropas y anunció a finales de marzo que se concentraba en el este de Ucrania, donde se encuentran las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk.

Ayer, los gobernadores de dos regiones rusas, fronterizas con Ucrania, acusaron al gobierno de su país vecino de bombardear dos pueblos en territorio ruso, Klimovo y Spodariushino, ataques en los que hubo 7 heridos, entre ellos un bebé.

Pero Kiev atribuyó la denuncia a una maniobra de poner en marcha «ataques terroristas» en la región fronteriza para alimentar la «histeria antiucraniana».

En el primero de las localidades, el ataque se llevó a cabo con helicópteros, según la denuncia rusa desmentida por Ucrania.

Ayer, el portavoz Konashenkov explicó que uno de los helicópteros que perpetraron este ataque fue destruido por la defensa rusa cuando regresaba a su base.