El gobierno ruso anunció hoy que el Ejército sirio suspendió sus ataques en Alepo para permitir que se retiren miles de civiles, y que el fin de semana se reanudarán consultas entre Rusia y Estados Unidos para acordar un plan de retirada de combatientes rebeldes y de civiles de esa devastada ciudad del norte de Siria.

El anuncio ruso llegó después de que el presidente sirio, Bashar al Assad, diera por hecho que el Ejército sirio reconquistará Alepo pese a que los rebeldes se resisten a rendirse tras haber pedido la mayor parte del este de la ciudad, aunque advirtió que esto no será el fin de la guerra en su país.

Activistas dijeron que los ataques aéreos en Alepo cesaron al atardecer, pero que continuaba el fuego de artillería del Ejército contra zonas del este de la ciudad, donde se encuentran los rebeldes, así como algunos combates en torno a la ciudadela monumental, el casco antiguo y otras zonas del sector oriental.

«Puedo decirles que hoy, las operaciones de combate del Ejército sirio han sido frenadas en el este de Alepo porque hay en curso una gran operación para evacuar a civiles», dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov, en declaraciones en la ciudad alemana de Hamburgo, según informó la agencia de noticias rusa Interfax.

«Se trata de una columna de 8.000 evacuados» que deberá atravesar cinco kilómetros para salir de la parte este de Alepo, agregó el ministro ruso, que asistía en Alemania a una reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

En Washington, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que el anuncio era «un indicio de que podría pasar algo positivo».

Lavrov también dijo que llegó a un acuerdo con su par estadounidense, John Kerry, para que Rusia, que apoya militarmente a Damasco, y Estados Unidos, vinculado a los rebeldes, reanuden consultas el próximo fin de semana en Ginebra sobre la retirada de los insurgentes y de más civiles del este de Alepo.

Desde el 15 de noviembre, Alepo es escenario de una ofensiva de las fuerzas gubernamentales y de sus aliados, que, apoyados por Rusia e Irán, han tomado el 75 % de los barrios del este de la localidad, que anteriormente estaban en manos de los opositores desde 2012.

Casi 500 civiles murieron desde entonces en Alepo por los combates y los bombardeos del Ejército contra la parte este y de los rebeldes contar el sector oeste, que está bajo control del gobierno, según cifras difundidas hoy por la ONG opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres.

Unas 30.000 personas, entre ellas 20.000 niños, tuvieron que dejar sus hogares en el este de Alepo por los enfrentamientos, y muchos de ellos se han refugiado en la parte oeste o en zonas bajo dominio kurdo al noreste de la ciudad.

La pérdida de Alepo, su último gran bastión en Siria, sería un golpe potencialmente decisivo para la oposición siria ligada a Occidente, a Turquía y a países árabes de Medio Oriente, que podría marcar un punto de inflexión tras casi seis años de conflicto.

En una entrevista publicada hoy por el diario estatal sirio Al Watan, Al Assad se atrevió ya a hablar del período que vendrá después de la conquista de la población, la mayor del norte de Siria, aunque los combates todavía prosiguen en su interior.

Para el mandatario, la toma de Alepo no supondrá el fin del conflicto en el país, que ha dejado cientos de miles de muertos, unos 12 millones de desplazados y refugiados y un país devastado desde su inicio en marzo de 2011.

«Para ser realistas, no significa el fin de la guerra en Siria, sino una estación grande hacia el final», consideró Al Assad, quien reconoció que nunca pensó en dejar ninguna zona sin «liberar».

El jefe de Estado auguró que la contienda «no acabará hasta la eliminación total del terrorismo».

«Los terroristas están localizados en otras áreas, incluso si terminamos en Alepo, continuaremos la guerra contra ellos», aseguró, citado por la agencia de noticias EFE.

Al Assad descartó una nueva tregua en la urbe, porque, afirmó, beneficiaría a los rebeldes que resisten en el este de la ciudad, ya que les daría un respiro y les permitiría reagruparse.

Desde Alepo, el coordinador de las facciones rebeldes, Abdelmoneim Zeinedin, descartó en declaraciones a EFE un hipotético repliegue de los insurgentes.

«Esta es su ciudad (de los rebeldes), dijo, y agregó que los insurgentes quieren que salgan de ella los combatientes del movimiento islamista libanés Hezbollah y las fuerzas iraníes que ayudan al Ejército sirio.

Antes del anuncio ruso, nuevos combates se libraron hoy varios barrios del este de Alepo, que han sido blanco de la artillería gubernamental, según el Observatorio.

Por su parte, grupos rebeldes e islámicos han lanzado cohetes contra áreas dominadas por las autoridades, agregó la ONG.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó hoy en un comunicado de que cerca de 150 civiles, la mayoría discapacitados, pero también heridos, fueron rescatados anoche por este organismo y la Media Luna Roja Siria de un centro que los acogía en el casco antiguo de Alepo, reconquistado ayer por el Ejército sirio.

«Haremos lo que podamos para ayudar a la gente que se encuentre en situación similar y a la que todavía no hemos podido alcanzar», afirmó el director de Comunicaciones del CICR en Siria, Pawel Krzysiek, quien no pudo precisar si se llevarán a cabo rescates similares próximamente.

En Ginebra, el responsable humanitario de la ONU para Siria, Jan Egeland, alertó hoy en una rueda de prensa de que entre 400 y 500 niños heridos y enfermos necesitan ser evacuados inmediatamente de Alepo oriental para poder recibir tratamiento médico.

Esta medida no puede producirse porque la ONU no cuenta con el visto bueno de todas las partes implicadas para establecer el cese de los combates y por tanto una pausa humanitaria, sostuvo.

«Los grupos opositores y las autoridades civiles opositoras dicen que no ponen condiciones y piden una pausa para poder evacuar. Rusia dijo que seguirá negociando con nosotros sobre cómo evacuar, pero ya no prometen establecer una pausa», aclaró el responsable.