La primera contienda electoral interna con vista a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, desarrollada en el estado rural de Iowa con el formato de caucus (asambleas populares), dejó como vencedor entre los republicanos al senador Ted Cruz por sobre el ultraconservador Donald Trump, mientras que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton quedó empatada con el senador Bernie Sanders por el lado demócrata.

Las asambleas políticas de Iowa son las primeras desde 2008 tan abiertas en ambos partidos y marcan el principio del fin de la presidencia del demócrata Barack Obama, quien entregará el mando en enero de 2017 al ganador de las elecciones generales del 8 de noviembre.

No obstante, fue Cruz el único que pudo alardear de victoria ayer en Des Moines, algo que atribuyó a «conservadores valientes», a los que pidió poner fin a «ocho años de Obama».

El senador recordó que su victoria, pese a ser apretada, se dio con una alta participación que le valió el mayor número de votos totales en la historia de un caucus republicano, informó la agencia de noticias EFE.

Cruz, quien contaba con el apoyo de los evangelistas, el grupo religioso que ha decidido los últimos años el ganador de los caucus republicanos de Iowa, obtuvo el 28 % de los votos, con lo que se impuso por una diferencia de cuatro puntos porcentuales a Trump.

«Dios bendiga al gran estado de Iowa», fueron las primeras palabras de Cruz a los concentrados para, a continuación, asegurar que «esta noche es una victoria para los conservadores de base, para los conservadores valientes en Iowa y todo este país».

«Iowa ha dicho que el candidato republicano y el próximo presidente de Estados Unidos no será elegido por los medios. No será elegido por el establishment ni por los lobbies. Será elegido por nosotros, el pueblo estadounidense», afirmó Cruz, quien apareció junto a su familia.

El político texano, cercano al movimiento ultraconservador «Tea Party», partía por debajo de Trump en las encuestas, especialmente en las de los últimos días, por lo que su victoria en Iowa fue un impulso para su campaña ante las próximas citas electorales en el resto de Estados Unidos.

Por su parte, sin tener experiencia en política y sin ser del llamado «establishment político», Trump se mantuvo en todo momento como favorito de las encuestas y obtuvo un buen segundo puesto con el 24% de los votos, depositados en boletas anónimas tras un debate con representantes de cada candidato.

Vale recordar que el sistema de votación en los caucus tiene dos formatos: a mano levantada tras el debate y el tradicional de la boleta en la urna.

«No sé quién ganará entre los demócratas, pero yo voy a proclamarme ganador de las primarias republicana y ganaré a Hillary o Bernie», aseguró Trump en un breve discurso antes de seguir camino a Nuevo Hampshire, la próxima primaria.

Marco Rubio, con un 23% de los votos, obtuvo un tercer puesto que lo mantiene como uno de los favoritos en la aún larga carrera por la candidatura republicana, que se formalizará en la convención de Cleveland.

Por debajo de la marca del 10% quedaron el ex neurocirujano Ben Carson, Rand Paul y quien fuera favorito, el ex gobernador de Florida Jeb Bush, que sólo alcanzó el 2,8% de los votos.

Por el lado demócrata, Hillary Clinton, quien con el recuento del 95 por ciento de los centros electorales empata en un 49% con Sanders, fue la primera en salir a agradecer a los votantes su apoyo, y volvió a recalcar que ella sabe «dejar las cosas hechas» en Washington, al tiempo que aseguró que desde la Casa Blanca defenderá al país, a las «mujeres, trabajadores e inmigrantes».

«Estoy deseando volver a debatir con el senador Sanders», afirmó Clinton acompañada por su hija y por su esposo, el ex presidente Bill Clinton. La precandidata está abajo en las encuestas de intención de voto en las primarias de Nuevo Hampshire, la próxima cita electoral a realizarse el 9 de febrero.

Sanders, un senador independiente que se define como «socialista» y que no militó en el partido en el que ahora compite, dijo: «Estamos enfrentándonos a la mayor organización política de EE.UU. y estamos virtualmente empatados».

La gesta de Sanders, que aboga por cambiar la influencia del interés privado en la política y no ha recurrido a una campaña negativa, lo llevó a celebrar este empate como una victoria.

El recuento para conocer quién es el vencedor definitivo de anoche en la contienda demócrata puede alargarse varias horas, aunque se tratará tan sólo de una victoria «moral», ya que con tan poca diferencia el número de delegados a la convención que se lleve cada candidato por Iowa será prácticamente el mismo.

La primera víctima de estas asambleas populares que inician el proceso de primarias para determinar los candidatos presidenciales de las elecciones de noviembre fue el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, quien no consiguió alcanzar el 1% de los apoyos en el recuento demócrata y anunció su retiro.

El ex gobernador de Arkansas y aspirante republicano, Mike Huckabee, cuya única esperanza era este estado de gran presencia de religiosos evangelistas, también anunció su retirada de un plantel de doce aspirantes.

Dos millones de votantes de Iowa fueron convocados a las asambleas en cerca de 1.700 colegios, gimnasios o iglesias habilitados para este proceso participativo con raíces en los orígenes de la democracia estadounidense.