Ciento ocho efectivos gubernamentales y combatientes rebeldes murieron en una semana de enfrentamientos y bombardeos en el sur de la ciudad de Alepo, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Al menos 61 de los fallecidos pertenecían a la oposición, en su mayoría de tendencia islamista, entre ellos Abuleil al Tunsi, comandante militar del grupo Ansar al Islam.

En las filas del oficialismo perecieron 47 militares y milicianos afines, según el recuento del Observatorio, que además precisó que entre estas bajas figuran 16 oficiales y el comandante de la Escuela Técnica Aérea, el general Dib Basie.

La ONG también difundió un balance de víctimas mortales civiles desde el inicio de la escalada de la violencia, el pasado 31 de julio, que asciende a 442, entre ellos 97 menores de edad y 54 mujeres.

Más de 270 de los civiles perdieron la vida por bombardeos de la aviación siria y rusa contra zonas en manos de los rebeldes en Alepo y poblaciones periféricas.

Las últimas víctimas de estos ataques aéreos fueron 7 miembros de una misma familia, 4 de ellos niños, que murieron hoy en un bombardeo con helicópteros al barrio de Al Yalum, reportó la agencia EFE.

Hace dos días, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, solicitó a las partes una tregua de carácter humanitario de al menos 48 horas para permitir la entrada de asistencia.

Tanto Rusia, aliada del régimen de Damasco, como la oposición siria, saludaron esta tregua a pesar de que perduran focos de violencia en la ciudad.

La ciudad de Alepo se la disputan las fuerzas de Damasco y los rebeldes desde el verano de 2012, cuando los insurgentes conquistaron amplias áreas de la ciudad, la segunda de Siria y una de las más castigadas por el conflicto que iniciado en marzo de 2011.

Los enfrentamientos recrudecieron a fines de julio por una ofensiva de los opositores para romper el cerco impuesto por las autoridades a los barrios bajo su control.