El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó hoy a la derecha de América de intentar desconocer la soberanía de la región después de que la Cámara de Diputados de Brasil decidiera por amplia mayoría impulsar un juicio político contra su par brasileña, Dilma Rousseff.

«La derecha del continente desconoce la Soberanía Popular ¿qué pretenden, desaparecernos? Alerta, alerta que camina…», escribió el jefe de Estado venezolano en un mensaje a través de la red social Twitter junto a varias imágenes en apoyo a Rousseff.

Maduro manifestó en reiteradas oportunidades durante las últimas semanas su respaldo a la mandataria brasileña, que asegura es víctima de un intento de «golpe mediático-judicial» que forma parte de una «ofensiva imperial que pretende acabar con la izquierda latinoamericana», recordó en declaraciones que reproduce la agencia de noticias EFE.

«Pretender derrocar a la primera mujer presidenta de Brasil dice mucho de lo que es la obsesión imperial que ha tomado posición en el continente», sostuvo el mandatario venezolano.

El resultado que pone a Rousseff al borde del abismo fue conocido tras una votación que se prolongó durante unas siete horas y siguió a un maratón de debates que había comenzado el pasado viernes y que continuó en forma ininterrumpida hasta la pasada medianoche.

La acusación se fundamenta en unas maniobras contables ilegales para maquillar los resultados del gobierno en 2014 y 2015, modificar presupuestos mediante decretos y acumular deudas y contratar créditos con la banca pública.

En tanto que Cuba también condenó “enérgicamente” el  «golpe de estado parlamentario» en Brasil, y dijo que apoya «resueltamente» a la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta un posible juicio político y destitución, en una declaración de la cancillería local, publicada este lunes.

El gobierno del país caribeño señaló a través de un comunicado que «este golpe contra la democracia brasileña forma parte de la contraofensiva reaccionaria de la oligarquía y el imperialismo contra la integración latinoamericana y los procesos progresistas de la región».

Brasil, un cercano aliado político de Cuba, es también uno de sus principales socios comerciales y fuente de créditos de la isla.

Cuba opinó que ese proceso parlamentario que busca un juicio político y la cesación de la presidenta «va dirigido también contra los países del llamado grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que constituyen un conjunto de poderosas economías que han desafiado la hegemonía del dólar estadounidense».

«Se trata de un ataque basado en acusaciones sin pruebas ni fundamentos legales contra la democracia brasileña y contra la legitimidad de un gobierno electo en las urnas por la mayoría del pueblo», agrega la misiva.

Añadió que » la oposición golpista busca cerrar el ciclo de gobiernos populares del Partido de los Trabajadores y con esto acabar con las conquistas sociales alcanzadas por el pueblo brasileño, implantar un gobierno neoliberal que permita el saqueo por parte de las grandes empresas transnacionales de las riquezas naturales de este hermano país latinoamericano».