Milicias rebeldes proturcas atacaron hoy al Ejército sirio con ayuda de Turquía, lo que provocó una serie de bombardeos aéreos de Rusia, un aliado del gobierno de Al Assad, en una escalada que dejó 50 soldados sirios y dos turcos muertos, en el sureste de la ciudad de Idleb, el principal frente de batalla actual en el país.

Según informaron autoridades turcas y rusas, el Ejército sirio y sus milicias aliadas tomaron el pueblo de Neirab -el epicentro de los combates de hoy- el 3 de febrero pasado en el marco de su ofensiva para recuperar el control de toda la provincia de Alepo y de la vecina Idleb, en manos aún de grupos armados opositores, algunos islamistas radicales y otros socios de la invasión turca en el norte del país.

La prensa turca, citada por la agencia de noticias Europa Press, informó primero que las milicias rebeldes sirias que ingresaron con su Ejército al norte del país a fines del año pasado lograron romper la línea de defensa de los soldados sirios en Neirab después de horas de ataques.

El Ministerio de Defensa turco confirmó el ataque a través de su cuenta de Twitter e informó que «más de 50 elementos del régimen» sirio y dos soldados propios murieron en los combates, una noticia que luego la agencia de noticias siria SANA desmintió el número de 50 fallecidos.

El Centro Ruso para la Reconciliación de Siria, la cara institucional de la presencia militar de esa potencia en la guerra del país árabe, reconoció que milicianos rebeldes lograron romper temporalmente las defensas del Ejército, pero advirtió, primero, que tuvieron el apoyo directo del Ejército sirio y, segundo, que rápidamente esas fuerzas militares y la aviación rusa contraatacaron y frenaron la avanzada, según informó la cadena Sputnik.

«Las tropas siria destruyeron un tanque, seis vehículos de combate de infantería y cinco camiones pickup con armas de gran calibre», sostuvo el centro ruso, que habló de soldados sirios heridos, no muertos.

«Esta no es la primera vez que las Fuerzas Armadas turcas apoyan a los milicianos (rebeldes). Para prevenir incidentes, instamos al lado turco a detener su apoyo a acciones de terroristas y la transferencia de armas a ellos», agregó el centro ruso.

Desde hace semanas, las fuerzas sirias vienen realizando una aplastante ofensiva para recapturar zonas rurales del oeste de Alepo y la vecina provincia de Idleb y que es el último bastión de los rebeldes alzados en armas contra Al Assad desde marzo de 2011.

Los veloces avances en múltiples frentes han desatado el mayor éxodo de desplazados en casi nueve años de guerra, casi un millón de civiles que ha abandonado sus hogares y huido hacia la frontera con Turquía.

El sufrimiento se ha visto agravado por un invierno muy frío que ha provocado varias muertes por hipotermia entre desplazados que viven a la intemperie en campamentos, durmiendo en carpas de plástico o bajo los árboles.