Luego de las elecciones que consagraron a Moon Jae-in como presidente del Corea del Sur, el gobierno de Corea del Norte instó al de Seúl a terminar con las «políticas de la confrontación», entre las que incluyó a los ejercicios militares que los surcoreanos hacen anualmente con Estados Unidos.

El mensaje fue enviado mediante un editorial del diario Rodong Sinmun y dirigido al Ejecutivo del nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, que tomó posesión de su cargo el miércoles tras imponerse en los comicios del martes y poner fin a una década de gobiernos conservadores.

«Las dos Coreas deben respetarse mutuamente y abrir un nuevo capítulo para avanzar hacia la mejora de sus lazos y la unificación intercoreana», señala el texto publicado hoy.

El editorial considera que, para lograr esos objetivos, Corea del Sur debería poner fin a los ejercicios militares anuales con Estados Unidos y prohibir a los activistas conservadores surcoreanos los frecuentes envíos de globos al norte con panfletos en contra del régimen.

Desde hace meses, Pyongyang denuncia que las maniobras conjuntas Seúl-Washington son en realidad un ensayo para invadir su territorio.

«Corea del Norte y Corea del Sur deberían buscar el diálogo y la negociación en diferentes niveles», concluye el editorial, informó la agencia española de noticias Efe.

La llegada de Moon se produce en un momento de especial tensión en la península ante los continuos ensayos de armas de Pyongyang y la retórica endurecida de Washington.

Dados los pésimos lazos que los gobiernos conservadores en Seúl han mantenido con el régimen de los Kim, se espera que Moon contribuya a mejorar la relación y a rebajar el clima de nerviosismo.

Aunque el flanco conservador lo ha acusado de ser demasiado laxo con Corea del Norte a la hora de abordar la situación en la península, Moon insistió en campaña en que buscaría un mayor acercamiento y a la vez mantendría las sanciones que pesan sobre Pyongyang por sus ensayos nucleares y con misiles balísticos.

Tras tomar ayer posesión del cargo, el nuevo presidente surcoreano sugirió que podría visitar Pyongyang para celebrar una cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, si se llegaran a dar en algún momento las condiciones adecuadas.