El presidente ruso, Vladimir Putin, llamó hoy a reanudar la cooperación con Estados Unidos y otros países miembros de la OTAN en el combate a los grupos islamistas radicales, al tiempo que denunció la existencia de «ejércitos de terroristas» en Medio Oriente, África y Asia apoyados por distintos gobiernos.

«La reanudación del diálogo con los servicios secretos de Estados Unidos y otros países miembros de la OTAN es mutuamente beneficioso», dijo Putin al reunirse con el Servicio Federal de Seguridad (FSB) en Moscú.

Putin, que mantiene sobre la mesa su propuesta de crear una amplia «coalición antiterrorista internacional», destacó hoy la importancia de que la cooperación entre Rusia y otros países en ese terreno alcance un «nuevo nivel».

«Es absolutamente evidente que en el ámbito antiterrorista todos los Estados y organizaciones internacionales responsables deben cooperar», subrayó al aludir concretamente a la ONU y la Organización de Cooperación de Shanghái, encabezada por China.

En su opinión, «el simple intercambio de información sobre los canales y las fuentes de financiación de los terroristas y las personas implicadas o sospechosas de terrorismo aumenta considerablemente la eficacia de los esfuerzos mancomunados».

Y volvió a insistir en que «no es culpa» del Kremlin que los contactos en materia antiterrorista entre Rusia y Occidente se hayan suspendido, en alusión a que fueron Estados Unidos y la OTAN quienes los congelaron tras la anexión rusa de Crimea y la injerencia en Ucrania, en 2014.

Precisamente, en su primer contacto telefónico, Putin y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, coincidieron en que la prioridad de la cooperación bilateral debe ser coordinar la lucha contra el Estado Islámico (EI) y otros grupos yihadistas en Siria.

El presidente ruso denunció que «ejércitos de terroristas» son patrocinados, sea de manera abierta u secreta, por diferentes gobiernos, motivo por el que «en una serie de países en Medio Oriente, Asia y África prosiguen conflictos sangrientos».

Putin acusó a los servicios secretos extranjeros de incrementar sus actividades en Rusia y develó que los ciberataques contra organismos oficiales se multiplicaron por tres en 2016 en comparación con el año anterior.

Al mismo tiempo, acusó a la OTAN de aplicar en relación a su país una política de contención y recordó que en la cumbre de julio de 2016 en Varsovia, Rusia fue declarada «principal amenaza para la seguridad» de la Alianza Atlántica por primera vez desde 1989, cuando aún existía la Unión Soviética.

«Continuamente nos provocan e intentan forzarnos a una confrontación. Y no cesan los intentos de injerencia en nuestros asuntos internos con el fin de desestabilizar la situación sociopolítica en Rusia», aseguró.