El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó la adhesión a Rusia de cuatro regiones ucranianas ocupadas por su Ejército y afirmó que sus habitantes «serán nuestros ciudadanos para siempre», mientras que Ucrania y la Unión Europea (UE) rechazaron y condenaron «de forma inequívoca» esta «anexión ilegal».

«Los habitantes de Lugansk y Donetsk, Jersón y Zaporiyia se convierten en nuestros ciudadanos para siempre», afirmó Putin ante la élite política del país.

«La gente votó por nuestro futuro común», agregó, según consignó la agencia de noticias AFP.

El mandatario ruso hizo estas declaraciones en una ceremonia celebrada en Moscú, en la sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin, a la que asistieron los líderes de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, Denís Pushilin y Leonid Pásechnik, junto con los jefes de las administraciones de Jerson y Zaporiyia, Vladímir Saldo y Evgueni Balitski, respectivamente.

«Defenderemos nuestra tierra con todas las fuerzas y medios a nuestro alcance, lo haremos todo para garantizar la vida segura de nuestra gente, es la gran misión de liberación de nuestro pueblo», afirmó Putin, quien señaló que no discutirá la elección hecha por estos «pueblos», a los que «Rusia no traicionará».

La anexión llega después de los referendos celebrados del 23 al 27 de septiembre en las regiones ocupadas de Donetsk y Lugansk, en el este, y Jerson y Zaporiyia en el sur, denunciados como «farsas» por Kiev y sus aliados.

En un paso previo a la incorporación, el mandatario firmó anoche varios decretos reconociendo «la soberanía de Estado y la independencia» de Jerson y Zaporiyia.

En febrero, poco antes de la invasión a Ucrania, el presidente había reconocido la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk, controladas por separatistas prorrusos desde 2014.

El procedimiento se asemeja al aplicado en 2014 para la anexión de Crimea, una península en el sur de Ucrania que no ha sido reconocida por la comunidad internacional.

La incorporación de estos territorios a Rusia se aceleró después de la exitosa contraofensiva lanzada por las tropas ucranianas, que también llevaron a Putin a movilizar a cientos de miles de reservistas.

Varios responsables y comentaristas rusos han afirmado que, cuando estas zonas hayan sido anexadas, Moscú podrá utilizar armas nucleares para «defenderlas».

«Utilizaremos por supuesto todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia», dijo Putin la semana pasada.

Ucrania respondió solicitando más ayuda militar a sus aliados para continuar con su contraofensiva y señaló que no reconocerá esta decisión.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, convocó para este viernes a una reunión de urgencia de su Consejo de Seguridad.

Sus socios occidentales y también el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, señalaron la ilegalidad de la anexión. Incluso China, cercana a Moscú, pidió respetar «la integridad territorial».

«Cualquier decisión de proceder a la anexión de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia no tendrá ningún valor legal y merece ser condenada», dijo Guterres.

En tanto, los líderes de los 27 países de la UE rechazaron y condenaron «de forma inequívoca» la «anexión ilegal» de cuatro regiones ucranianas por parte de Rusia, que consideran una «violación flagrante» de los derechos de Ucrania.

En un comunicado divulgado por el Consejo Europeo, los líderes de la región apuntaron que «no reconocemos y nunca reconoceremos los referendos ilegales que Rusia ha diseñado como pretexto para esta nueva violación de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania».

Por su parte, la primera ministra británica, Liz Truss, aseguró que el Reino Unido «nunca aceptará» las anexiones.

«Haremos lo necesario para que (Rusia) pierda esta guerra ilegal», dijo la premier británica, quien también acusó a Putin de actuar en violación del derecho internacional con un «claro desprecio por la vida del pueblo ucraniano al que dice representar».

En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU deberá pronunciarse sobre una resolución de condena a los referendos que, sin embargo, no prosperará por el poder de veto de Rusia en este organismo.

Este órgano también abordará las cuatro fugas detectadas en el mar Báltico en los gasoductos Nord Stream entre Rusia y Alemania, que generaron nuevas tensiones entre Moscú y las capitales occidentales.