Cuatro personas fueron asesinadas en el departamento suroeste colombiano de Nariño, denunció este jueves el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), en una nueva masacre que evidencia el repunte de la violencia de cara a las elecciones presidenciales del año próximo.

Un grupo de hombres armados irrumpió en un local de cría de gallos de riña en el Municipio de Tumaco, en Nariño, y obligó a los presentes a tirarse al suelo antes de disparar de forma indiscriminada, informó Radio Nacional de Colombia en su portal web

En un comunicado, Indepaz alertó que se trata de la 72ª masacre registrada en lo que va del año y la segunda en menos de una semana.

La Defensoría del Pueblo había emitido una alerta temprana para el departamento de Nariño ante el aumento de la inseguridad y la violencia para la ciudadanía.

En la zona operan el Bloque Occidental Alfonso Cano (una de las 7 unidades subdivisionales de la ex guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC, una organización paramilitar, narcotraficante y contrainsurgente), entre otros.

El Indepaz indicó que en las 72 masacres perpetradas este año murieron 258 personas.

Los departamentos con mayor índice de violencia son la suroccidental Cauca (13 masacres y 43 muertos), la central Antioquia (diez masacres y 36 asesinados), Valle del Cauca (nueve masacres y 38 víctimas) y Nariño (siete masacres y 27 fallecidos).

La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) denunció por su parte la crisis humanitaria que atraviesan los pueblos indígenas en Colombia ante el creciente número de asesinatos y el repunte de la estigmatización, las amenazas y los confinamientos en sus propios territorios.

Ante esta situación, la ONIC solicitó en un comunicado la protección de las comunidades indígenas en todo el país y alertó que 43 líderes indígenas fueron asesinados durante 2021.

Representantes de la organización agregaron que durante las últimas horas fueron asesinados seis indígenas en los departamentos de Nariño, Cauca y Chocó.

Los datos muestran que una media de entre cuatro y cinco líderes indígenas son asesinados cada mes.

«Estamos viviendo un genocidio, una tragedia humanitaria para los pueblos ancestrales, especialmente para los 70 pueblos que se encuentran en vía de extinción física y cultural de los 115 existentes en nuestro país» señalaron.

La ONIC, junto a otras asociaciones, exigió al Gobierno colombiano y a los grupos armados en los territorios, ya sean legales o ilegales, acabar de forma «inmediata» con lo que consideran un «etnocidio físico y cultural contra los pueblos y naciones indígenas». Advirtieron que en Colombia «la guerra continúa» y está «desangrando las comunidades originarias por defender la vida, la paz y los derechos.

La organización hizo entrega a la Justicia Especial para la Paz (JEP) y a la Comisión de la Verdad de un informe que detalla más de 3.000 homicidios en el marco del conflicto armado y denuncia la violencia ejercida contra estas comunidades desde la firma de los acuerdos de paz en 2016.