Los «chalecos amarillos» salieron el pasado sábado a las calles de Francia para protestar contra el gobierno de Emmanuel Macron, marco en el que realizaron marchas multitudinarias a pesar de las restricciones que rigen en el país europeo por el coronavirus.

A pesar de que el gobierno francés prohibió reuniones de más de cien personas para combatir el contagio y la propagación de la pandemia que preocupa al mundo entero, los trabajadores salieron a las calles, siendo París el foco de las manifestaciones.

En la capital francesa, cientos de manifestantes recorrieron avenidas del sur de la ciudad, como lo vienen haciendo cada sábado desde noviembre de 2018.

Las manifestación estuvo rodeada de policías y grupos antidisturbios y terminó con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, quienes utilizaron gases lacrimógenos para dispersar la concentración.

En tanto, la policía realizó cerca de 1.200 controles, 52 arrestos y recibió cerca de 76 denuncias.

Este domingo, Francia celebra elecciones municipales, que el Gobierno decidió mantener después de que los expertos consideraran que no aumenta el riesgo de propagación del coronavirus.