El Kremlin calificó este martes  de «positivas» las primeras conversaciones mantenidas este lunes en Ginebra entre rusos y estadounidenses sobre Ucrania y la seguridad europea, aunque advirtió asimismo que es demasiado pronto para ser optimista sobre los resultados.

Dmitri Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin, dijo que el encuentro bilateral de ocho horas merecía «una valoración positiva», aunque «habría que ser ingenuo para creer que una primera ronda da grandes resultados», informó la agencia de noticias AFP.

Altos funcionarios estadounidenses y rusos se reunieron ayer en el primer encuentro de una semana de actividad diplomática entre Rusia y Occidente, un paso en busca de reducir las tensiones en Ucrania.

En el encuentro bilateral las dos delegaciones mantuvieron sus posturas aunque con una actitud que alimenta la chance de un entendimiento futuro, sobre todo por el compromiso de mantener las negociaciones.

Rusia prometió que no intervendrá en Ucrania, pero también advirtió, en tono amenazante, que no buscar un acercamiento a Rusia -que implica reducir la presencia de la OTAN en el este de Europa-, supone “un gran error en perjuicio de la seguridad europea”, según dijo el jefe de la delegación rusa, Serguei Riabkov.

La subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, la jefa de la delegación de su país, por su parte, informó que su país presentó «una serie de ideas que los países pueden adoptar como acciones recíprocas que redundarían” en los intereses comunes en materia de seguridad “y mejorarían la estabilidad estratégica».

Sherman dejó en claro la necesidad de sumar otras voces a los debates: «No vamos a renunciar a la cooperación bilateral con Estados soberanos que deseen colaborar con Estados Unidos y no vamos a tomar decisiones sobre Ucrania sin Ucrania; sobre Europa sin Europa; sobre la OTAN sin la OTAN», remarcó.

Moscú exigió amplias concesiones a Washington y a sus aliados de la OTAN, que a su vez amenazaron con duras sanciones en caso de ataque.

El cuadro que precedió a las negociaciones estuvo plagado de temores ante la posibilidad de una entrada de tropas rusas a Ucrania, en cuya frontera apostó cerca de 100.000 hombres, el reclamo de Moscú de concesiones a Estados Unidos y la amenaza de Washington sobre la “firme respuesta” que daría si se atacaba a su aliado prooccidental.