El papa Francisco llamó a religiosos mexicanos a no resignarse ante las amenazas del narcotráfico, la violencia y la corrupción, en una misa en Michoacán, estado aterrorizado durante años por el cártel pseudorreligioso Los Caballeros del Templario.

«¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas?», preguntó el Papa en una festiva misa ante unos 20.000 religiosos y seminaristas. «Frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio: la resignación», advirtió.

En su cuarta jornada de visita a México, Francisco visitó Morelia, capital de Michoacán (occidente), considerado por mucho tiempo un bastión del narcotráfico.

La «resignación no solo nos atemoriza sino que nos atrinchera en nuestras sacristías y aparentes seguridades», sostuvo el papa en este estado con una fuerte tradición religiosa.

Los religiosos cantaron, bailaron y saltaron en un ambiente de fiesta mientras esperaban la llegada de Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano de la historia.

Las campanas de la catedral colonial de Morelia tocaron para saludar la llegada del papa, mientras fieles que no pudieron ingresar a la misa en el estadio Venustiano Carranza, buscaban pantallas de televisión en cafés y restaurantes para acompañar la misa.

Michoacán es uno de los estados más peligrosos para los curas mexicanos, que no han escapado de la violencia de los cárteles de la droga.

Unos 40 sacerdotes, seminaristas y laicos religiosos han sido asesinados en la última década en México.

Al iniciar su recorrido por México, el papa pidió a las autoridades brindar «seguridad efectiva» a sus ciudadanos.

Por segunda ocasión en su gira por México, el papa llamó a líderes religiosos a tener coraje frente al narcotráfico.

Aunque Morelia queda lejos de la denominada Tierra Caliente, en 2008 fue víctima de la violencia del crimen organizado con un atentado sin parangón: dos granadas estallaron en la abarrotada plaza principal en los festejos de la Independencia dejando ocho muertos.