El papa Francisco condenó este miércoles a los «ídolos» que ofrecen falsas esperanzas, que prometen éxito, poder y riqueza y citó el caso de una mujer que decidió abortar para mantener su belleza.

«Una mujer hermosa orgullosa de su belleza confesó, como si fuera algo natural, que sí, que había abortado porque para ella la apariencia era muy importante», relató el papa durante la tradicional audiencia del miércoles en la sala Pablo VI.

Citando anécdotas de la época en que era obispo de Buenos Aires, el papa argentino condenó «la ideología con pretexto de absoluto, la riqueza, el poder, la vanidad», dijo.

«Valores como la belleza física y la salud, cuando se convierten en ídolos por lo que se debe sacrificar todo, se convierten en realidades que confunden la mente y el corazón», dijo ante cientos de fieles de todas las nacionalidades.

«A veces queremos un Dios que se pliegue a nuestros deseos, y mágicamente intervenga para cambiar la realidad y convertirla en lo que deseamos», advirtió.

Al igual que sus predecesores, Francisco, fiel a la doctrina de la Iglesia Católica, se opone decididamente al aborto.

Como parte del jubileo proclamado el año pasado, el papa argentino autorizó a todos los sacerdotes del mundo para que absolvieran durante la confesión a las mujeres que habían abortado, un pecado que a ese momento sólo los obispos tenían la autoridad de juzgar.