Desde las primeras horas de este sábado volvió a imperar el caos en diversas ciudades de Francia, desde que el martes un policía baleó y mató a Nahel M., de 17 años, durante un control vehicular en el distrito de Nanterre, en la región parisina. Según el Ministerio del Interior, mil 350 vehículos fueron incendiados y alrededor de 80 agentes resultaron heridos, sin que se conozca la cifra de lesionados entre los manifestantes. El gobierno había dispuesto desde este viernes a más de 45 mil agentes de distintas fuerzas de seguridad en las calles.

Más de 230 edificios sufrieron daños por incendios o ataques, incluyendo unos 60 puestos policiales y comisarías, amplió la fuente, señala Prensa Latina.

También se registraron saqueos de negocios en la norteña localidad de Bondy (Seine-Saint-Denis) y en la sureña ciudad de Marsella, una de las principales de Francia.

La muerte de Nahel atizó la polémica por la violencia policial y la discriminación, con llamados de la ONU a atender la situación.

El policía responsable está en prisión preventiva y bajo procesamiento judicial, en medio de críticas y de polarización política.

Multitudinaria despedida a Nahel

El entierro del adolescente se llevó a cabo este sábado, con miles de asistentes frente a la mezquita Ibn Badis, un templo demasiado pequeño para contener a la multitud, por lo cual la gente oró en las calles y el tráfico fue cerrado por disposición del municipio, señala en diario Le Monde.

La familia del joven asesinado había pedido que no asistiera la prensa, lo que fue respetado por los medios franceses.