Las consecuencias de la pandemia del coronavirus, el desarrollo de vacunas contra el virus y la cooperación multilateral para superar la peor crisis económica mundial desde la Gran Depresión serán los temas más salientes de la 75 Asamblea General de la ONU, que inaugurará su debate de líderes mundiales el próximo martes con una dinámica virtual inédita.

Este año la organización debió cancelar su cita diplomática más importante anual en Nueva York y en la que esperaba celebrar los 75 años de su fundación, y se ajustó a las medidas de seguridad sanitarias sugeridas por su agencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS), para no contribuir a la propagación de la Covid-19.

«En este año del 75 aniversario, nos enfrentamos a nuestro propio momento de 1945», reflexionó António Guterres, durante su cuarta Asamblea como secretario general de la ONU, haciendo referencia al año de la fundación de la ONU, apenas un mes y medio después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

«Debemos enfrentar ese momento», agregó.

La modalidad virtual no permitirá que los representantes de los Estados miembro puedan cruzarse y dialogar en los pasillos del imponente edificio de la ONU -un elemento central de esa cita- pero sí posibilitó una mayor intervención de jefes de Estado ya que esta vez no deberán trasladarse a Nueva York y podrán participar a través de mensajes grabados.

El llamado debate general comenzará el martes 22 de septiembre a las 9 hora local (10 de Argentina), con las intervenciones de Guterres y del flamante presidente de la Asamblea General, el diplomático turco Volkan Bozkir, quien asumió sus funciones el martes pasado y estará al frente del mayor órgano deliberativo de la ONU durante un año.

Del martes 22 al sábado 26 y durante el martes 29, el pleno de la Asamblea estará ocupado por un diplomático de cada país, frente a la pantalla central en la que se proyectarán los discursos de los 119 jefes de Estado y 54 jefes de Gobierno ya confirmados, un número mayor que en años anteriores, cuando los presidentes y monarcas oscilaban entre 70 y 80.

Ya están confirmados los jefes de Estado de Estados Unidos, Donald Trump; China, Xi Jinping; Francia, Emmanuel Macron; Turquía, Recep Tayyip Erdogan; Argentina, Alberto Fernández; Venezuela, Nicolás Maduro; Israel, Reuven Rivlin; México, Andrés Manuel López Obrador; la presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, además de miembros de Gabinete de Rusia, India e Irán, entre otros.

Este escenario virtual inédito para el máximo evento del calendario diplomático mundial será sin dudas para algunos líderes una oportunidad perdida para dialogar cara a cara con aliados y rivales por igual, mientras aumentan las diferencias entre las potencias del Consejo de Seguridad y Estados Unidos por el derrumbe del acuerdo nuclear con Irán de 2015, y recrudecen los conflictos armados en Siria, Ucrania, Yemen y Libia.

En un intento por poner el foco nuevamente sobre la pandemia y sus consecuencias humanitarias, Guterres instó en los últimos días a todos los países a concentrarse en la «amenaza de seguridad mundial número uno», advirtió sobre el inminente y «más sombrío hito» de un millón de muertes y reafirmó que la vacuna debe considerarse como un «bien público mundial» y no una herramienta de poder.

Aunque cada líder lleva al debate cada año sus temas de interés nacional, todo indica que la preocupación por la situación epidemiológica y las crisis económicas y sociales que desató o profundizó la pandemia estarán presentes en todos los discursos.

La tensión, sin embargo, podría aparecer ante cómo enfrentar esas crisis: mientras Estados Unidos mantiene ataques directos y constantes contra la OMS, muchas otras potencias y países del mundo apoyan acciones coordinadas con esa agencia de la ONU a la cabeza.

Además, hasta ahora los pedidos de la ONU y otras organizaciones internacionales para salir de esta crisis económica mundial a través de más multilateralismo -como sucedió con la crisis financiera de 2008 en el G20, por ejemplo- fueron recibidos con indiferencia.

Según previsiones de la ONU, entre 70 y 100 millones de personas podrían verse empujadas a la pobreza extrema por los efectos de la pandemia y 265 millones, enfrentar una grave escasez de alimentos a finales de este año, además de perderse unos 400 millones de puestos de trabajo, mayormente de mujeres.

A nivel global, el número total de infectados de la Covid-19 supera los 30 millones, mientras que las víctimas mortales son más des 947.000.

India, que posee uno de los sistemas sanitarios públicos más pobres del mundo, podría superar en las próximas semanas a Estados Unidos, si la cifra diaria de contagios sigue triplicando a la norteamericana.

En este contexto, Trump, quien sistemáticamente ha minimizado la gravedad del virus y apoya solo a medias el uso de tapabocas y otras medidas de precaución, había intentando convertirse en el único líder en hablar presencialmente en la sede de la ONU en Nueva York. Sin embargo, en las últimas horas anunció que enviará un mensaje grabado como el resto de sus pares.