Decenas de agentes de policía realizaron este jueves una redada en el centro comercial hongkonés Mega y detuvieron a un número indeterminado de manifestantes «prodemocráticos».

Según la radiotelevisión hongkonesa RTHK, los manifestantes se reunieron en ese centro comercial -en el distrito de Tai Po- como parte de una campaña navideña de protestas, en las que se han volcado a las tiendas en vez de las calles.

Allí los manifestantes cantaron varias consignas, como «Liberad Hong Kong, revolución de nuestros días» o «Disolución de la Policía inmediatamente».

Asimismo, convocaron a los consumidores a sumarse a la manifestación prevista para el día de Año Nuevo, convocada también por el Frente Civil de Derechos Humanos, organismo que está detrás de las más multitudinarias marchas registradas en estos meses, aunque todavía no ha sido aprobada por la policía.

Sin embargo, la protesta no se prolongó demasiado, ya que un gran número de policías, incluidos de la división especial, se desplegaron rápidamente por el edificio pese a que en un principio se desarrolló de manera pacífica.

Varios comercios y restaurante bajaron sus persianas para evitar consecuencias, que sí sufrieron los manifestantes enmascarados allí presentes, muchos de los cuales fueron arrestados.

Esta jornada de jueves fue el tercer día seguido de protestas, según las agencias de noticias EFE y DPA, y los manifestantes se centraron en mostrar su descontento ante las tiendas consideradas afines al gobierno central.

Los incidentes se registraron tan solo un día después de los enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios también en varios centros comerciales durante la Navidad.

El miércoles se llevaron a cabo numerosas detenciones después de que los policías disparasen gas lacrimógeno y sprays de pimienta a los manifestantes tanto dentro como en las inmediaciones de varios centros comerciales de la ciudad.

La controvertida jefa del gobierno local, Carrie Lam, publicó anoche un comunicado en el que acusaba a los «insensatos y egoístas» manifestantes de haber «arruinado» las celebraciones navideñas, lo que, en su opinión, provocó que se «enfriara el ambiente festivo» y que afectase negativamente a los negocios locales.

Las manifestaciones también se habían desplegado a lo largo de la Nochebuena, jornada que dejó más de un centenar de detenidos y al menos 25 heridos.

Los ya seis meses de protestas sin respuesta a los reclamos han colocado a la economía de Hong Kong en recesión por primera vez en una década, tras contraerse un 2,9% en el tercer trimestre, afectada por las caídas de las importaciones y las exportaciones, de las ventas al por menor y por las decrecientes cifras del turismo.

Las protestas llegaron de manera masiva el pasado 9 de junio a raíz de un controvertido proyecto de ley de extradición, ya retirado por el gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición al autoritarismo de Beijing.