Miles de personas volvieron a las calles de varias ciudades de Argelia para reclamar la dimisión de las autoridades interinas del país norafricano y una verdadera transición sin figuras cercanas al ex presidente Abdelaziz Bouteflika.

Las manifestaciones, que se celebran por décimo octavo viernes consecutivo y fueron especialmente multitudinarias en la capital, son las primeras desde que el miércoles pasado el jefe del Ejército, Ahmed Gaii Salah, afirmaró que una «pequeña minoría» intenta «infiltrarse» en las manifestaciones portando «banderas distintas al emblema nacional».

Por ello, los manifestantes corearon en Argel: «Estamos unidos, sin división entre los argelinos».

Las protestas, que transcurrieron nuevamente sin incidentes de gravedad, se producen en medio de la incertidumbre sobre el proceso electoral, después de que el presidente interino, Abdelkader Bensalah, afirmó a principios de mes que seguirá en el cargo hasta que se celebren elecciones, tras el anuncio de su aplazamiento y no fijar fecha.

El Consejo Constitucional, máximo órgano judicial argelino, anunció el 2 de junio pasado que las elecciones presidenciales no podrán celebrarse el próximo 4 de julio, tal como estaba previsto, tras rechazar las dos candidaturas presentadas en el plazo previsto

El anuncio del Constitucional y la falta de una nueva fecha llevan al país a una situación incierta, ya que el mecanismo de la Constitución para el periodo de interinato activado tras la salida del poder de Bouteflika, el 2 de abril pasado, podría quedar en entredicho.

El artículo 102 de la Carta Magna estipula que el mandato del presidente interino -en este caso Bensalah, quien era presidente del Senado antes de su nombramiento como jefe de Estado- no puede superar los 90 días, fecha que se cumplirá el próximo 7 de julio.

Las protestas populares en Argelia, una de las mayores en el país desde la independencia de Francia en 1962, empezaron el 22 de febrero pasado con una gran manifestación en contra de la decisión de Bouteflika de optar a un quinto mandato consecutivo pese a estar gravemente enfermo.