Noruega, principal donante del Fondo Amazonía, anunció el jueves el bloqueo de 33 millones de dólares (unos 133 millones de reales) destinados a Brasil por “no querer detener la deforestación”, una decisión que obtuvo inmediatamente respuesta del presidente Jair Messias Bolsonaro.

“¿Noruega no es aquel que mata ballenas ahí arriba, en el Polo Norte? ¿Que explota petróleo también ahí? No es ningún ejemplo para nosotros. Que se queden con ese dinero y ayuden a Ángela Merkel a reforestar Alemania”, disparó el mandatario en Brasilia.

El país encandinavo -una de las 10 principales economías del mundo – le reclamó a Brasil, que alberga más del 60% de la selva amazónica, haber “roto el acuerdo” alcanzado con los donantes del Fondo Amazonía, al que Oslo dio unos 900 millones de dólares desde su creación en 2008.

Durante la gestión de Michel Temer (2016-2018) las tensiones entre ambos países fueron evidentes. Sin embargo, se agravaron desde la llegada al poder de Jair Bolsonaro, debido a su postura escéptica sobre el cambio climático que promueve la explotación de recursos naturales en áreas protegidas.

Los datos que muestran un fuerte avance de la deforestación en los últimos meses pusieron la cuestión ambiental en primer plano a escala mundial, pero Bolsonaro cuestionó su veracidad y destituyó al director del INPE, el organismo que recoge y analiza esos datos en base a observaciones satelitales.

La Amazonía siendo deforestada

Según los últimos relevamientos correspondientes a julio, las áreas desmatadas prácticamente se cuadriplicaron respecto al mismo mes de 2018.

Al igual que Noruega, Alemania anunció el sábado el bloqueo del 35 millones de euros hasta que las cifras de la deforestación vuelvan a ser alentadoras, aunque mantiene su contribución al Fondo Amazonía.