El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, situado desde hace cuatro décadas en el centro de la escena política de su país, fue proclamado por séptima vez como candidato a la jefatura de Estado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y buscará su reelección en los comicios generales del 6 de noviembre próximo.

Ortega, de 70 años, fue proclamado a mano alzada por más de un millar de delegados en el congreso del FSLN, que le confirió la atribución de elegir libremente a su compañero de fórmula y de elaborar las listas de candidatos a diputados y al Parlamento Centroamericano.

El congreso, que se celebró en la plaza de los No Alineados, en el antiguo centro de Managua, también ratificó la «política de alianzas» y «el modelo de reconciliación, unidad y prosperidad» instaurado en enero de 2007 por el sandinismo.

Daniel Ortega se enfrentará en las elecciones de noviembre a una oposición que padece divisiones y no encuentra un liderazgo claro, según los analistas locales.

El ex guerrillero izquierda lideró el gobierno revolucionario de Nicaragua tras la caída de la dictadura de Anastasio Somoza (1945-1979) y ejerció protagonismo político, ya sea en el gobierno o en la oposición, hasta la actualidad, cuando se lo reconoce como líder indiscutido del Fente Sandinista.

Asumió formalmente la presidencia en 1985, momento en el que los sandinistas libraban una guerra con los “contras”, quienes contaban con el apoyo del Estados Unidos.

En 1990 fue derrotado por una coalición derechista liderada por Violeta Chamorro. Pasó a organizar las fuerzas de oposición con el respaldo de los sindicatos y recuperó el poder en 2006, después de haber sido derrotado tres veces en las urnas (1990, 1996 y 2001).

La unidad con el que Frente Sandinista proclamó a Ortega contrasta con la aparente fragilidad de la coalición opositora, formada por ocho agrupaciones políticas entre las que figuran conservadores, socialcristianos y sandinistas disidentes.

La fórmula presidencial de este sector estará integrada por el médico Luis Callejas (57), un ex «contra» que combatió a los sandinistas, y la socióloga Violeta Granera (63), una conocida activista social.

El partido Liberal Constitucionalista (PLC), que dirige el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-2002), no ha anunciado sus aspirantes.

Las elecciones de noviembre se llevarán a cabo cuando aún no se acallan las polémicas por las controvertidas reformas electorales que derivaron en la posibilidad de la reelección indefinida del presidente.

En 2011 Ortega retuvo el poder tras un discutido fallo de la Corte Suprema de Justicia que anuló una prohibición constitucional a la reelección continua.

La oposición exige la presencia de observadores internacionales para controlar la limpieza de las elecciones, una propuesta que Ortega ha rechazado en duros términos.

El líder sandinista criticó a los observadores electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión Europea (UE) y a los «yanquis», porque, a su juicio, sólo se pronuncian en procesos de los países donde no tienen «su dominio».

«Aquí se acabó la observación. ¡Qué se olviden los embajadores intervencionistas de estar pidiendo cuentas!», advirtió.

Proclamado Ortega, la incógnita mayor queda para su compañero de fórmula. El presidente ha dicho en varias ocasiones que comparte el poder por mitades con su esposa Rosario Murillo, de 65 años, quien era mencionada como posible candidata junto a su marido.