En medio del asedio de fuerzas combinadas del gobierno a varias ciudades de Nicaragua, se reanudó un diálogo que busca parar la violencia que deja más de 200 muertos en dos meses de protestas que exigen la salida del poder del presidente Daniel Ortega.

Tiroteos, incendios de locales y operaciones de limpieza de barricadas, con hombres armados y palas mecánicas se registran en los norteños departamentos de León y Managua, incluidas en sus capitales. Pobladores reportan heridos, pero los grupos humanitarios aún no dan un balance oficial.

«Hay detonaciones muy fuertes. Esto es verdaderamente un error, no abona en nada la represión, hacemos un llamado a las autoridades a que frenen esto. No queremos más muertos», dijo vía telefónica desde León el párroco Víctor Morales.

La comisión de la Iglesia católica que media en el diálogo anunció que se instalaron las mesas de trabajo con delegados del gobierno y de la opositora Asociación Cívica por la Justicia y la Democracia -de la sociedad civil-, para evaluar, como tema primordial, la propuesta de adelantar las elecciones de 2021 a marzo de 2019.

«Los obispos de Nicaragua estamos esperando que el presidente Ortega nos comunique oficial y formalmente su aceptación de la propuesta que le hicimos (…), recogiendo el sentir de la mayoría de los nicaragüenses, sobre elecciones anticipadas», escribió en Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

La petición fue planteada por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) el pasado 7 de junio en la mesa de conversaciones, pero Ortega, cuyo tercer mandato consecutivo concluye en enero de 2022, pidió tiempo para reflexionar y aún no se pronuncia al respecto.