Benjamin Netanyahu tenía asegurada hoy una clara mayoría de derecha, entre los 120 diputados del nuevo parlamento, para formar el próximo gobierno israelí.

Un total de 67 diputados respaldaron al primer ministro saliente ante el presidente Reuven Rivlin, que encargará, por tanto, a Netanyahu que forme un nuevo gobierno, dijo el portavoz de la presidencia Jason Pearlman.

El encuentro entre el presidente y el primer ministro podría producirse el próximo miércoles, tras la publicación oficial de los resultados de las elecciones.

Netanyahu, de 65 años, que está en el poder desde 2009, ganó por sorpresa las elecciones ante el laborista Isaac Herzog el 17 de este mes, pese a lo que indicaban todos los sondeos.

En el sistema israelí, el presidente consulta a los distintos partidos representados en el Parlamento y decide cuál de los 120 diputados es el que ofrece mayores garantías para formar gobierno.

Después de que el presidente designe a Netanyahu, este tendrá 28 días para formar gobierno. La carrera por conseguir una cartera ministerial empezó casi al día siguiente de las elecciones.

Gobierno más a la derecha

Si el gobierno se adapta a la mayoría parlamentaria que apoya a Netanyahu, debería escorarse aún más hacia la derecha que el anterior.

Netanyahu consiguió el apoyo de los diputados de su partido conservador (Likud), de dos partidos nacionalistas (Hogar Judío, Israel Beitenu), de dos partidos ultraortodoxos (Shas y Judaísmo Unido de la Torá) y del partido de centroderecha Kulanu.

Los ultraortodoxos deberían regresar al gobierno tras su salida en 2013. Sin embargo, se espera que los partidos centristas de Tzipi Livni y Yair Lapid abandonen el ejecutivo.

Netanyahu, cansado de la indisciplina de su gobierno, despidió en diciembre a Livni y Lapid. Su marcha provocó que se adelantaran las elecciones, que estaban previstas para 2017.

El presidente israelí deseaba un gobierno de unidad nacional para afrontar las presiones exteriores y los desafíos interiores y poner fin a la inestabilidad crónica de los ejecutivos israelíes. Pero el resultado de las elecciones contrarió ese proyecto.

Contexto complicado

Netanyahu tendrá que formar su gobierno en un contexto complicado. La campaña electoral tensó aún más las relaciones que mantiene con el presidente estadounidense, Barack Obama. A la administración norteamericana no le gustó en absoluto que Netanyahu pronunciara un discurso ante el Congreso, el pasado 3 del corriente, para alertar contra un posible acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

Washington declaró incluso que se plantea retirar su crucial apoyo a Israel en la ONU, después de que Netanyahu descartará la idea de un Estado palestino en plena campaña electoral.

El primer ministro israelí lleva a cabo una ofensiva diplomática para intentar matizar sus palabras.

La dirección palestina tiene previsto, por su parte, presentar el 1º de abril sus primeras denuncias por crímenes de guerra contra dirigentes israelíes, mientras el proceso de paz sigue en un callejón sin salida.

Según varios expertos, las recientes declaraciones de Washington tienen como objetivo influir en la formación del nuevo gobierno israelí.