Son dos los fallecidos por el incendio en una base de almacenamiento de combustible de la localidad cubana de Matanzas, en el oeste del país, mientras que hay 14 desaparecidos, en tanto el Gobierno cubano comenzaba a evaluar los saldos económicos de la catástrofe.

Las autoridades cubanas informaron hoy la muerte de un segundo bombero que había sido hospitalizado por graves quemaduras ocasionadas en el incendio que comenzó hace seis días por un rayo y que ocasionó la explosión de cuatro tanques de combustible.

Esta es la segunda víctima fatal del incendio, después de que el cuerpo de otro bombero, de 60 años, fuera localizado durante el fin de semana en la zona de desastre, en tanto 14 bomberos siguen reportados como desaparecidos, indicó la agencia de noticias AFP.

«El incendio está controlado y en proceso de liquidación. En 48 horas deben estar listas las condiciones para entrar al lugar del incendio y rescatar los cuerpos de los desaparecidos», dijo el Cuerpo de Bomberos de Cuba, a través de la cuenta de Twitter de la Presidencia.

La tragedia

El siniestro, que comenzó el pasado viernes, causó 130 heridos, 22 de los cuales permanecen hospitalizados y 108 fueron dados de alta, según el más reciente balance.

El fatal accidente, provocado por un rayo, arrasó con cuatro tanques con capacidad para almacenar 50 millones de litros cada uno, ubicados en el mayor depósito de combustibles del país, que alimenta a dos importantes termoeléctricas, en la localidad de Matanzas, a 100 kilómetros al este de La Habana.

El miércoles, los bomberos declararon «bajo control» el incendio y comenzaron a apagar pequeños reductos de fuego.

«En las imágenes del radar disminuye la visibilidad del humo proveniente del incendio», dijo por su parte la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez.

La funcionaria precisó que «el monitoreo del aire confirma que la contaminación ambiental ha disminuido. No hay evidencias de pacientes aquejados por las emanaciones del incendio».

Desde el sábado, varios vuelos de México y Venezuela con expertos, bomberos, equipos e insumos de sus compañías petroleras Pemex y Pdvsa llegaron a la isla y se espera que hoy arribe un carguero de Bolivia, dijo la Presidencia.

En tanto, en Cuba, el objetivo inmediato es extinguir los focos aún en llamas, aunque sin amenazas de extenderse nuevamente, y evaluar los saldos finales humanos y económicos de la catástrofe.

En Matanzas, donde está la base petrolera, la situación es menos tensa a partir de que la columna de humo oscuro que expelía el fuego se tornó mucho más clara y con menos altura ya sin amenazar con sus emanaciones contaminantes ni a la ciudad ni a otras cercanas.

El gobierno cubano anunció que comenzó a analizar las pérdidas causadas por la conflagración y también si el rayo detonador que impactó uno de los grandes depósitos de combustible encontró condiciones propicias para causar tal accidente, que aún arde, según informó la agencia ANSA.

En el ángulo humano, la Defensa Civil reiteró hoy sus mensajes de que aún las localidades evacuadas a causa del incendio deberán esperar el visto bueno de los especialistas para regresar a sus casas sin riesgos.

El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal divulgó que fueron hasta ahora 130 los heridos atendidos en hospitales, y entre los lesionados mencionó cinco pacientes en estado crítico, dos graves, y 13 en condición «de cuidado».

Sobre el rescate de los cuerpos de los desaparecidos dijo que se hicieron los preparativos con las familias de estos, que esperaron por varios días.

En el sector económico, son evidentes las pérdidas de petróleo, cada vez más caro en el mercado internacional, al quemarse o derramarse en cuatro gigantescos depósitos colapsados y los costos de reparación tecnológica.

No se desestimaron los vínculos del desastre con la grave situación energética en el país que causa «apagones» no deseados en toda la nación.

Análisis sobre las interrupciones eléctricas, que son diarios y frecuentes en los telediarios nacionales, coincidieron en subrayar que el fuego más la salida de operaciones de una importante generadora nacional por otros motivos, aumentó considerablemente el número de los «apagones» que llegaron el lunes y martes a ser de alrededor de cinco horas en La Habana.