Ministros pro-Brexit del gabinete británico apoyaron hoy a la primera ministra Theresa May en su pulseada con un creciente grupo de diputados de su Partido Conservador que buscan desplazarla del cargo en rechazo al principio de acuerdo alcanzado con la Unión Europea (UE) por la salida del Reino Unido del bloque.

Un día después de la renuncia de dos ministros del gabinete descontentos con el acuerdo del Brexit, sus colegas Michael Gove, Liam Fox, Chris Grayling, Penny Mordaunt y Andrea Leadsom dijeron hoy que se mantendrán en sus puestos por considerar que dimitir y unirse a la rebelión no ayuda al país.

En particular Fox, ministro británico de Comercio Internacional y partidario del Brexit «duro», dijo en un acto en Bristol que tiene plena confianza en la primera ministra.

«Creo que nos está haciendo avanzar con confianza», agregó, y coincidió con Gove en que lo que se necesita ahora es «estabilidad».

Fox suena como un fuerte candidato para reemplazar a Dominic Raab como ministro del Brexit tras su renuncia de ayer, que fue seguida por la de la ministra de Trabajo, Esther McVey, que ya fue reemplazada hoy por Amber Rudd, que regresa al gobierno tras haber renunciado en abril pasado al ministerio del Interior.

Si bien Gove anunció su apoyo a Theresa May, según fuentes gubernamentales citadas por el diario The Guardian, trabajará con otros ministros del gabinete que respaldan el Brexit para instar a la jefa de gobierno a que regrese a Bruselas y renegocie el principio de acuerdo.

Los políticos euroescépticos conservadores dicen que el acuerdo, que contempla estrechos lazos comerciales entre el Reino Unido y el bloque, convertirá al país en un estado vasallo de la UE, a la que quedará atado por leyes y reglas sobre las que no tiene ni voz ni voto.

Mientras tanto, varios legisladores conservadores impulsan una moción de censura contra May y esperan alcanzar el umbral de 48 diputados para poder someter a la líder a ese proceso para privarla del liderazgo del partido.

La cadena BBC informó hoy que 21 diputados ya han hecho público haber enviado la carta a una de las autoridades del partido pidiendo la moción contra May, que es el procedimiento contemplado para estos casos.

El ex secretario para el Brexit Steve Baker, del Partido Conservador, dijo hoy a BBC que el partido está «muy cerca» de los 48 diputados necesarios, pero agregó que lo más probable es que se llegue a ese número la semana próxima.

En caso de producirse ese voto, los euroescépticos necesitarían entonces el apoyo del 50% de los 315 diputados conservadores para retirar a May del liderazgo e iniciar un proceso de primarias, cuyo ganador asumiría la jefatura de gobierno.

Si, por el contrario, la primera ministra recibiera el respaldo de más de la mitad de su grupo, no podría iniciarse un nuevo reto contra su liderazgo en los próximos 12 meses.

Theresa May por su parte, insistió esta mañana nuevamente en que su acuerdo del Brexit es el mejor para el Reino Unido y espera persuadir a los parlamentarios para que le den su respaldo al proyecto presentado el miércoles a su gabinete.

En una intervención en un programa de la emisora de radio londinense LBC, May respondió a preguntas de oyentes, y sostuvo que su trabajo ahora es persuadir a los parlamentarios de que el acuerdo es de interés para el Reino Unido.

No descartó dar libertad de acción a los parlamentarios conservadores a la hora de votar el acuerdo del Brexit cuando éste sea presentado al Parlamento, pero un portavoz de la primera ministra dijo que esto no será así.

May reiteró que es la responsabilidad del gabinete y que el gobierno presentará su posición en la Cámara de lo Comunes.

El escenario no es nada fácil para la líder británica, ya que probablemente no contará con el apoyo de los parlamentarios del Partido Unionista Demócrata (DUP), el partido que sostiene a su gobierno en minoría, y que rechaza el acuerdo.

El Partido Laborista, el principal de la oposición, votará contra el acuerdo en el Parlamento, al igual que los Liberales Demócratas y los partidos nacionalistas.

La crisis política repercutió en los mercados que abrieron en picada, mientras que la libra sube contra el euro y el dólar después de sufrir la mayor caída el jueves desde el 2016 tras el referéndum.