El nuevo ministro de Finanzas británico, Jeremy Hunt, anticipó este sábado, al día siguiente de asumir al cargo, que se deberán tomar “decisiones difíciles” para rectificar el proyecto económico del gobierno que generó grandes turbulencias en los mercados.

“Un ministro de Finanzas no puede controlar los mercados, pero lo que puedo hacer es mostrar que podemos financiar nuestros proyectos sobre los impuestos y los gastos y esto necesitará decisiones muy difíciles”, afirmó el flamante funcionario en una entrevista con la cadena Sky News.

La primera ministra conservadora, Liz Truss, nombró el pasado viernes a Hunt en reemplazo de Kwasi Kwarteng, destituido del cargo a menos de 40 días de su nombramiento en un contexto de crisis económica y financiera.

Hunt, exministro de Relaciones Exteriores y de Salud y cercano a Rishi Sunak (adversario de Truss en la campaña para convertirse en premier británico), debe hacerse cargo del presupuesto anunciado el 23 de septiembre por su predecesor y muy mal recibido por los mercados, buena parte del Partido Conservador y la población.

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El nuevo ministro admitió que se habían cometido “errores” en este presupuesto, que prevé importantes ayudas públicas y recortes de impuestos, pero nada para financiarlo.

“La primera ministra reconoció (estos errores), por eso estoy aquí”, afirmó, y la respaldó al añadir que compartía las “bases” de su plan económico.

“Quiero ser sincero con la gente: tenemos que tomar decisiones difíciles, las últimas semanas fueron muy difíciles”, insistió, en sus primeras declaraciones públicas como ministro de Finanzas citadas por la agencia de noticias AFP.

Hunt anunció que “algunos impuestos no serán recortados tan rápido como la gente querría”, al tiempo que advirtió que algunas tarifas “aumentarán”.

Truss, en el poder desde hace poco más de un mes, aceptó finalmente incrementar el impuesto de sociedades, una medida del gobierno anterior que estaba decidida a suprimir.

Hace dos semanas ya había renunciado a avanzar con una de sus medidas más cuestionadas: la abolición de la franja máxima impositiva (el 45%), para las rentas superiores a 150.000 libras (170.000 dólares) anuales.