Un día después de que el partido de extrema derecha Vox se instalara como una de las mayores fuerzas electorales de Andalucía, miles de personas salieron a protestar en las ciudades de Sevilla, Granada y Málaga contra el ingreso que consiguió esa fuerza al Parlamento regional.

Vox, hasta ahora una fuerza electoral inexistente en el panorama político español, consiguió cerca el 11% de los votos y 12 diputados, un resultado que no sólo les garantiza por primera vez un lugar en el Parlamento regional, sino que les da una voz en las negociaciones para formar un nuevo gobierno andaluz después de 36 años de dominio ininterrumpido del partido socialista.

Como sucedió en Alemania y Francia, entre otros ejemplos europeos, tras la primera victoria electoral importante de la extrema derecha, miles de ciudadanos de izquierda y moderados salieron a las calles para repudiar este avance.

En plazas, patios de universidades y frente a las legislaturas locales de las ciudades de Sevilla, Málagra y Granada miles de personas se concentraron durante el día y hasta bien entrada la noche para repudiar el ingreso de Vox al Parlamento regional.

En Granada, poco después de conocerse los resultados de las elecciones autonómicas de ayer, referentes políticos y personas comunes comenzaron a convocar en las redes sociales a manifestaciones «antifacistas».

Primero se juntaron unos cientos de personas en la Plaza del Carmen, frente a la sede de la municipalidad de Granada, y con el pasar de las horas se concentraron más de 5.000 manifestantes, según la policía local.

En Sevilla las protestas se gestaron de una manera similar y anoche, cuando los manifestantes comenzaron a desconcentrar, prometieron volver a las puertas del Parlamento mañana a la tarde.

Los comicios de ayer fueron un golpe para el oficialismo socialista y provocaron un terremoto político que amenaza con extenderse al resto de España, donde el próximo año se celebran elecciones municipales, regionales y europeas, el 26 de mayo, y posiblemente generales, que aún no tienen fecha.

Tras gobernar en Andalucía en los últimos 36 años, los socialistas ganaron con 28% de los votos y 33 diputados, aunque sufrieron un desplome de 14 escaños que abre la puerta a que la derecha gobierne en esta populosa región del sur de España, que siempre ha sido el trampolín del PSOE junto con Cataluña para llegar a La Moncloa.

Vox no sólo entró en el parlamento andaluz con 12 diputados, rompiendo con todos los pronósticos, sino que se convirtió en la fuerza clave para que la derecha desaloje a los socialistas del poder.

El conservador Partido Popular (PP), segunda fuerza con 26 diputados -también siete menos que en 2015-; Ciudadanos, con 21, y Vox, con 12, sumarían 58 escaños, tres más de los necesarios para formar gobierno, frente a los 50 del PSOE y la Adelante Andalucía, la candidatura regional de Podemos, que obtuvo 17 bancas.