La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo hoy que la pandemia de coronavirus mostró que el sistema económico produce «grandes desigualdades» y sostuvo que el mundo que salga de la actual crisis sanitaria debe tener otras bases.

«A la hora de construir la recuperación debemos pensar en una nueva economía que sea inclusiva y sostenible», señaló Bachelet en una conferencia virtual organizada por la Asociación de Corresponsales Acreditados ante Naciones Unidas (Acanu) en Ginebra, Suiza.

La ex presidenta chilena no se atrevió a predecir si el mundo tras la pandemia será menos libre que el anterior, aunque sí vaticinó una realidad «diferente, en la que tendremos que adaptar nuestros comportamientos».

En la actual situación las sociedades «han aceptado que algunas libertades sean restringidas, como las de movimiento o asamblea, pero estas medidas deben ser claras, proporcionadas, y limitadas en el tiempo», recalcó.

La alta comisionada añadió que la «nueva normalidad» podría durar años según la evolución del coronavirus y si se encuentra o no una vacuna contra él, y subrayó que, de hallarse una forma de inmunización, debe garantizarse que sus dosis lleguen a todas las poblaciones del mundo.

«No vamos a volver al día en el que esto empezó», insistió Bachelet, quien subrayó que en las futuras sociedades post-Covid-19 «debe invertirse más en salud, pues durante mucho tiempo esa partida ha sido escasa e incluso los países más ricos mostraron que no estaban preparados».

Otra cuestión en el campo de los derechos humanos que deberá vigilarse es el uso de tecnologías digitales para el seguimiento de contagios, «algo importante para evitar la expansión del virus pero que se puede usar de formas incorrectas», dijo Bachelet, citada por la agencia de noticias EFE.

Al respecto, deben adoptarse sistemas «de uso voluntario, que protejan la privacidad y garanticen que los datos recolectados se usen sólo para fines sanitarios», señaló Bachelet ante los temores de que algunos gobiernos usen estos mecanismos de seguimiento contra voces críticas o disidentes.

La alta comisionada subrayó que en un momento en el que muchos países están comenzando a aliviar los confinamientos y otras medidas de distanciamiento físico no debe olvidarse a las comunidades más marginadas, como a los más mayores, a quienes recordó como uno de los colectivos más afectados por la pandemia.

Bachelet recordó también cómo durante la pandemia ha aumentado el discurso de odio contra determinados colectivos, y afirmó que «si los líderes (políticos) no condenan la estigmatización o la xenofobia suele haber terribles reacciones, como ataques a trabajadores sanitarios» o a periodistas críticos.

«Por una parte esos trabajadores son aplaudidos y por otra estigmatizados, y es importante que los líderes vean que el enemigo es el virus, no la gente», indicó.

Bachelet también reflexionó sobre la necesidad de que con este virus haya una mayor concienciación medioambiental, como la que empezaba a resurgir en los últimos años hacia el cambio climático.

«La mayoría de las enfermedades emergentes de los últimos años, no solo la Covid-19 sino también el Sars, el Mers o el ébola, son transmitidas desde animales salvajes al ser humano, por lo que en la respuesta a la pandemia deben tomarse en serio la acción climática, el mantenimiento de la biodiversidad y el respeto a la naturaleza», señaló.