En pleno ascenso de la curva de contagios y muertos en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó este miércoles su plan económico para hacer frente a la pandemia de coronavirus y a la profunda crisis que está provocando, y propuso un recorte en sueldos y estructura del Estado federal.

«Vamos a demostrar que hay otra forma de enfrentar la crisis sanitaria y la crisis económica, siempre y cuando no se permita la corrupción y se fortalezcan los valores y principios y se gobierne para y con el pueblo», aseguró al anunciar su decreto de austeridad para la administración pública.

Según explicó, se recortará de manera gradual un 25% de los sueldos de los cargos altos -quienes tampoco recibirán aguinaldo-, se suprimirán 10 subsecretarías, se congelará el 75% del presupuesto gubernamental para materiales y suministros, y se cerrarán todas las oficinas con excepción de las que atienden de manera directa al público o se consideran esenciales.

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«No será despedido ningún trabajador, pero no habrá incremento de personal», aclaró el mandatario, citado por la agencia de noticias EFE.

También pospuso grandes gastos extraordinarios, pero destacó que los programas de becas estudiantiles, las jubilaciones y pensiones, los programas sociales y algunas obras de infraestructuras consideradas esenciales por el gobierno, como una nueva refinería, el tren turístico Tren Maya y el nuevo aeropuerto internacional, se mantendrán intactos.

Con 857 muertos, más de 9.500 infectados y más de 8.200 casos sospechosos de coronavirus, el país enfrenta uno de los peores brotes de América Latina. López Obrador es muy criticado por la oposición por haber comenzado a tomar medidas de aislamiento y distanciamiento sociales mucho después de la mayoría de sus vecinos.

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El mandatario explicó que estos recortes permitirán afrontar la crisis económica que provocó la pandemia y las medidas de cierre «sin aumentar el precio de los combustibles, sin aumentar impuestos y sin endeudar el país».

En paralelo, buscará crear dos millones de empleos y entregar tres millones de créditos para los sectores más vulnerables, con lo que espera proteger «al 70% de las familias mexicanas».

Pese a los pedidos del empresariado y del establishment económico, el plan no incluyó ayudas para compañías y negocios, por lo que recibió severas críticas de estos sectores.

No obstante, ayer el Banco de México anunció una baja de la tasa de interés para facilitar el acceso a créditos y la inyección de hasta 30.800 millones de dólares para garantizar la liquidez en el mercado financiero.

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La pandemia obligó al gobierno mexicano a repensar sus políticas en varios frentes, no solo el económico.

Hoy, por ejemplo, cientos de presos de baja peligrosidad y que estaban por cumplir sus penas comenzaron a ser excarcelados, tras ser beneficiados por una ley de amnistía que busca descomprimir las cárceles, que están colapsadas hace tiempo y donde un brote de coronavirus sería imparable.