La Cámara de Diputados de Bolivia dio hoy media sanción a un proyecto de ley que ratifica la postergación de las elecciones generales por la pandemia de coronavirus y exige que se convoque a comicios dentro de un plazo máximo de 90 días, un período menor al propuesto por el Tribunal Supremo Electoral.

Tras varias horas de negociación y semanas de mucha tensión y denuncias cruzadas entre el gobierno y el Movimiento al Socialismo (MAS), la bancada mayoritaria del partido del ex presidente Evo Morales dio media sanción al nuevo proyecto de ley, que ahora deberá ser aprobado por el Senado, donde el masismo también tiene mayoría, informó la agencia local Erbol.

No está claro aún si el gobierno de Jeanine Áñez, el mismo que asumió el poder en una sesión sin quorom del Senado y a solo días de que Morales renunciara y denunciara un golpe de Estado, promulgará la ley.

Las elecciones convocadas tras la salida de Morales para terminar el «gobierno interino» de Áñez debían realizarse este domingo, pero fueron suspendidas por las autoridades electorales para cumplir con la cuarentena y las medidas de precaución decretadas por la pandemia.

Uno de los que siguieron el tenso debate desde la tribuna fue el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, quien había presentado otro proyecto de ley que pedía convocar a comicios entre el 28 de junio y el 27 de septiembre próximos.

La versión aprobada por Diputados pone como límite finales de julio.

Antes del inicio de la sesión, Romero había asegurado que su proyecto «busca dar certeza al país en el sentido de que el proceso electoral continúa y al mismo tiempo plantear la flexibilidad necesaria» para fijar la fecha de la votación, según la agencia de noticias EFE.

El proceso electoral es considerado vital para gran parte de la dirigencia política del país porque permitiría restablecer ante los ojos de todos los partidos la legitimidad democrática del gobierno nacional.

En noviembre pasado, en medios de protestas masivas y tras un levantamiento de la policía y una proclama de las Fuerzas Armadas, el entonces presidente Evo Morales renunció y denunció un golpe de Estado.

Hoy, Morales dirige la campaña electoral de su partido desde el exilio en Buenos Aires y acusó al gobierno de Jeanine Áñez de querer retrasar los comicios hasta el año próximo.