Las lluvias torrenciales y las inundaciones causadas por la tormenta Daniel que devastaron el este de Libia dejaron más de 2.300 muertos y unos 7.000 heridos, mientras que 5.000 personas continúan desaparecidas, según informaron hoy los servicios de emergencia del país ubicado al norte de África.

Las imágenes que circulan de la ciudad de Derna, de 100.000 habitantes, muestran varios edificios en las orillas de un río que colapsan y pequeñas casas que desaparecen entre las aguas crecidas después de que se rompieran dos represas.

«Las necesidades humanitarias superan con mucho las capacidades de la Media Luna Roja Libia e incluso las del gobierno», explicó Ramadan desde Túnez. El portavoz del Ministerio del Interior del gobierno del este, citado por la prensa, afirmó que «más de 5.200» personas habían perecido en Derna.

Carreteras cortadas, deslizamientos de tierra e inundaciones impedían que los servicios de emergencia llegaran a la población de las zonas afectadas, que tenía que recurrir a medios rudimentarios para recuperar los cadáveres y extraer a los supervivientes de entre el lodo.

Derna y otras ciudades están aisladas del resto del país pese a los esfuerzos de las autoridades para restablecer las redes de telefonía móvil e internet. Desde el violento terremoto que sacudió la ciudad de Al Marj (este) en 1963, esta es la peor catástrofe natural que azota esta zona del país.

El este de Libia alberga los principales yacimientos y terminales petrolíferas. La Compañía Nacional de Petróleo (NOC) ha declarado el «estado de máxima alerta» y «suspendido los vuelos» entre los centros de producción, donde la actividad se ha reducido drásticamente.

La tormenta Daniel, calificada por los expertos como un fenómeno «extremo en términos de cantidad de agua caída», afectó en los últimos días Grecia, Turquía y Bulgaria, con un saldo de 27 muertos.