El presidente francés, Emmanuel Macron, promulgó una ley que otorga a la policía mayores prerrogativas para contrarrestar los disturbios en las manifestaciones, en un contexto de crisis por las protestas de los «chalecos amarillos», empañadas en ocasiones por actos violentos.

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El proyecto de ley, que fue adoptado en el Parlamento en marzo pese a que algunas asociaciones la consideran liberticida, fue firmada por el mandatario francés y publicada este jueves en el diario oficial.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, aplaudió la promulgación de esta ley que «protege a los franceses frente a la inseguridad y a la violencia», según escribió en su cuenta en Twitter.

El Consejo Constitucional francés, el máximo órgano de consulta sobre la constitucionalidad de las leyes francesas, censuró a inicios de mes una de las medidas más emblemáticas de esta ley, que preveía prohibir de forma preventiva la participación en manifestaciones a personas consideradas peligrosas.

Inspirada de la ley de prohibición de estadio, este artículo fue tachado de liberticida por asociaciones y miembros de la oposición, que consideraban que violaba el derecho a la libre expresión y de reunión, protegidos por la Constitución.

Pero el Consejo Constitucional sí validó otro dos artículos controvertidos de esta ley: el artículo 2 que autoriza a las autoridades registrar bolsos y vehículos en las manifestaciones y en las zonas aledañas; y el artículo 6 que tipifica como delito el ocultarse el rostro durante protestas, y que puede ser castigado con un año de prisión y una multa de 15.000 euros (17.000 dólares).

Las protestas de los «chalecos amarillos», que manifiestan desde hace cinco meses contra la política social y fiscal del gobierno, se han convertido en el mayor desafío de la presidencia de Macron, un centrista que llegó al poder e 2017 con una ambiciosa agenda reformista.

Varias de las manifestaciones de este colectivo que sale a las calles todos los sábados desde el pasado 17 de noviembre se han visto empañadas por actos violentos, incluyendo saqueos de comercios y quema de vehículos.

Para intentar salir de esta crisis, el presidente convocó en enero un gran debate nacional, una serie de encuentros abiertos en todo el país en el que los franceses pudieron exponer públicamente sus quejas y hacer propuestas.

Se espera que Macron se dirija a la nación en los próximos días para hacer un balance de esta iniciativa inédita de dos meses y formular medidas concretas para apaciguar la cólera social.