El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó una campaña internacional para denunciar que es víctima de una «cacería judicial», a una semana de que su sucesora y delfín político, Dilma Rousseff, pueda ser expulsada del cargo.

«Hay una serie de arbitrariedades contra Lula, sin respeto al estado de derecho, violación de las garantías fundamentales; el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) no ha frenado las ilegalidades y no nos sorprendería que exista un pedido de prisión, algo que sería escandaloso y arbitrario», dijo a Télam José Roberto Batocchio, uno de los abogados del líder del Partido de los Trabajadores (PT).

El Directorio Nacional del PT publicó un folleto en cuatro idiomas -español, francés, inglés y portugués- para denunciar internacionalmente lo que considera «persecución» contra Lula, presidente entre 2003 y 2010 y bajo investigación del juez Sérgio Moro, quien conduce desde 2014 el caso sobre corrupción en Petrobras que involucra contratos con empresas constructoras y financiamiento ilegal de campañas electorales.

La publicación, llamada «Cacería judicial contra el ex presidente Lula», busca replicar en el ámbito internacional la denuncia por «abuso de poder» contra Moro que Lula presentó ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.

Lula fue procesado por un juez de Brasilia que hizo lugar a una denuncia para investigarlo por obstrucción de justicia, realizada por el ex senador Delcidio Amaral, quien confesó que participó de la trama de corrupción de uno de los ex directores de Petrobras, el condenado Néstor Cerveró, hoy en prisión domiciliaria en su quinta de Petrópolis, la sierra de Río de Janeiro.

Pero el verdadero choque se da entre Lula y Moro, quien se convirtió en la principal referencia en las manifestaciones callejeras contra el PT y a favor del juicio político a Rousseff. También entre el ex mandatario y los fiscales y comisarios que trabajan con Moro en la Operación Lava Jato, que descubrió la trama de corrupción.

Dice el texto: «Mientras intentan encontrar un delito -cualquiera que sea- para condenar a Lula en los tribunales, adversarios del mayor líder político de Brasil promueven un juzgamiento en los medios, en la más violenta campaña de difamación contra un hombre público en toda la historia del país».

Esta campaña denunciada por Lula le provocó el aumento del rechazo en las encuestas electorales para 2018, algo que sin embargo no le impide ser el candidato favorito de acuerdo a los sondeos. Esa es el arma del ex sindicalista que se retiró de la presidencia con 89% de aprobación el 31 de diciembre de 2010.