Los bombardeos contra un campo de desplazados en Siria son un «crimen de guerra», estimó el viernes el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

«Estos campamentos de tiendas están instalados en este lugar desde hace varias semanas y pueden verse fácilmente desde el cielo, así que es extremadamente improbable que esos ataques mortíferos sean accidentales. Es mucho más probable que sean deliberados y constituyan un crimen de guerra», afirmó Zeid Raad Al Hussein en un comunicado.

«Mi equipo y otras organizaciones harán todo lo posible para efectuar las investigaciones y consignar pruebas sobre lo que parece ser un crimen especialmente detestable y calculado contra un grupo extremadamente vulnerable de personas, la mayoría de las cuales tuvieron que huir de Alepo en febrero por culpa de la incesantes bombardeos», agregó el jefe del Acnur.

Según la ONU, unos treintas civiles, entre ellos niños, murieron y decenas de civiles resultaron heridos en el ataque cerca de la frontera con Turquía.

«Informes preliminares sugieren que estos ataques fueron perpetrados por el gobierno sirio», pero «esas informaciones se tienen que comprobar», agregó el organismo. El régimen sirio negó el viernes su implicación en los bombardeos.

Cárcel cercada

Por otra parte, Zeid se dijo «alarmado por los últimos acontecimientos en la cárcel central de Hama (centro), donde se produjo un motín el 1º de mayo, luego que las autoridades intentaran, según los informes, extraer a cinco detenidos para trasladarlos a la conocida cárcel de Sidnaya, donde estaba previsto ejecutarlos».

Los detenidos tomaron el control de una parte de la cárcel de Hama y tienen retenidos a los guardias, según la ONU.

«Las fuerzas de seguridad fuertemente armadas rodean la cárcel y tememos que un asalto posiblemente mortal sea inminente. Están en juego cientos de vidas, insiste el ACNUR, que exhorta a las autoridades a recurrir «a la mediación, u a otras alternativas, más que la fuerza».