En estos días, el Banco Popular de China le recordó al mundo financiero que los bancos transatlánticos y japoneses y sus mercados de valores tuvieron la semana pasada su peor semana de 2016, cuando todos los mercados chinos estuvieron cerrados y no se publicó ninguna información nueva sobre la economía china.

“Es decir que no es China sino la política de tasas de interés cero y negativas de los bancos centrales occidentales, así como el desplome de los precios del petróleo, lo que ha detonado la crisis”, afirma la agencia china Xinhua, con citas del gobernador del banco central, Zhou Xiaochuan.

Fase inicial

El estallido de los bancos transatlánticos está apenas en su fase inicial. El boletín Money Morning, del domingo 14, comenta que «no hemos visto el fin de los problemas bancarios», con un subtítulo que dice: «Los bancos europeos ‘tahúres’ van a detonar. La masacre de los bancos europeos es mucho peor que la de los bancos estadounidenses”, señala, y agrega: “Pero de nuevo eso es porque los bancos europeos tienen problemas mucho más serios. Padecen de capital inadecuado y enormes cantidades de préstamos malos que podrían obligarlos a la insolvencia sin apoyo del gobierno».

Luego de analizar la gran desgracia del Deutche Bank y del Credit Suisse en particular, el boletín concluye en que «los bancos de Europa están en un gran problema y eso plantea un riesgo muy serio al resto del mundo, porque esos bancos tienen negocios con todas las demás instituciones financieras del mundo. La economía de Estados Unidos y sus mercados no se pueden aislar de sus problemas. Los bancos de Estados Unidos están bien capitalizados y no plantean un riesgo sistémico, a menos que revienten sus libros de derivados».

Durante el fin de semana hubo una tormenta de comentarios de los medios informativos financieros para tratar de argumentar, ya no el clásico «esta vez es diferente», sino ahora “con el cuento de que este país (o sea, Estados Unidos y sus bancos) es diferente».

Hacia el precipicio

Pero el precio del petróleo y la deuda de las materias primas siguen arrastrando a las entidades financieras de Estados Unidos hacia el precipicio. La compañía de información financiera Markit tiene un informe donde señala que el 26% de todos los bonos de «alto rendimiento» (o sea, los de mayor riesgo y quizás nunca se paguen) que tienen los bancos con sede en Estados Unidos, ya están clasificados como deuda en problemas; estos son bonos que tienen un rendimiento de 10% más alto que los bonos del Tesoro estadounidense.

La parte «en problemas» era el 7% hace apenas un año. Ahora es el 26% de un aproximado de 2 millones de millones, es decir hay unos 500.000 millones en deuda en problemas, o de cartera vencida. Los «préstamos malos», que ya son incobrables, representan aproximadamente el 11%, o sea, unos 225.000 millones de dólares.

A reunir reservas

Una fuente japonesa muy experimentada en esto, señaló que una norma reguladora segura para una crisis como esa, sería clasificar a toda esa deuda de «alto rendimiento» ya sea como deuda de «riesgo» o de «alto riesgo», lo que exigiría a los bancos reunir reservas sobre préstamos perdidos en un monto del 50% al 75% del total de sus activos en deuda de alto rendimiento.

Pero los grandes bancos de Wall Street tienen cada uno de 15 a 20 mil millones de dólares en ese tipo de activos, excepto el Citibank, que tiene unos 50 mil millones.

Y las reservas que tienen ahora esos bancos para respaldar sus préstamos perdidos están apenas en los cientos de millones de dólares, o sea, entre el 5% y el 7% de sus activos, aunque el 11% de los activos ya son préstamos incobrables.

En los bancos canadienses, las reservas para préstamos perdidos, en particular por las inversiones en petróleo y gas, son más o menos entre 0.5% a 1.5%, o sea, prácticamente nulas.