Líbano sufrió este sábado un apagón eléctrico en todo su territorio por falta de combustible en dos de sus plantas más importantes del país, Al Zahrani y Deir Amar, un eslabón más en la grave crisis económica y política que atraviesa el país de Medio Oriente

La empresa estatal de electricidad de Líbano, Électricité du Liban (EdL), dijo haber empezado a «realizar las operaciones pertinentes» para reconstruir «la red nacional de manera manual», según un comunicado citado por el medio local LBCI.

EdL sostiene que el descenso de la inversión «se reflejó directamente sobre la estabilidad de la red y llevó a su declive total, sin posibilidad de reconstruirla nuevamente en el momento actual», motivo por el que la empresa eléctrica “se esforzará por mantener a todos los ciudadanos al tanto del suministro eléctrico”, concluye el comunicado.

Por su parte, el Gobierno libanés confirma que el corte energético continuará durante unos días.

“La red eléctrica libanesa dejó de funcionar por completo hoy al mediodía y es poco probable que funcione hasta el próximo lunes o durante varios días”, dijo un funcionario del Gobierno citado por el diario inglés The Guardian.

Además, el funcionario dijo que la compañía estatal de electricidad tratará de utilizar combustible del ejército para operar las plantas de energía temporalmente, pero es algo que no sucederá pronto.

Se espera que esta noche llegue un nuevo cargamento de combustible para las dos plantas térmicas y así poder elevar la producción a 500 megavatios, según informó la agencia de noticias estatal libanesa NNA.

Sin embargo, el Gobierno remarca que la maniobra es complicada, principalmente por la destrucción del centro de control nacional por la explosión del puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020.

En mayo, EdL suspendió el suministro de sus centrales eléctricas flotantes durante más de un mes y anticipó que el país podría quedarse sin electricidad, mientras muchos libaneses ya dependen de generadores privados que funcionan con diesel.

«La red ya experimentó apagones totales en todo el país siete veces y, si esto continúa, hay un alto riesgo de llegar a un apagón total y completo para finales de mes», explicó la firma en un comunicado, en el que advertía de que Líbano ya «ha agotado todas las opciones posibles» y solo pude suministrar energía a aquellos grupos de producción según «sus existencias restantes de combustible».

Algunos países como Irán se comprometieron a seguir suministrando combustible a Líbano para paliar los efectos de la crisis, pero el país sufrió un golpe el 1 de octubre cuando la compañía turca Karpowership anunció el fin de sus operaciones de suministro de electricidad a Líbano al terminar su contrato con EdL.

El pueblo libanés atraviesa una de las peores crisis económicas de su historia moderna, agravada por la inercia de los políticos, que llevan un año sin poder formar un nuevo Gobierno.

Indexada respecto a la moneda estadounidense desde 1997 a un tipo de cambio de 1.507 libras libanesas por dólar, la divisa nacional se desplomó, y la norteamericana cotiza actualmente a más de 20.000 libras en el mercado negro.

En julio, el Gobierno decidió subvencionar las importaciones de combustible a un tipo de 3.900 libras por dólar, lo que hizo aumentar los precios en un 30%.