Las delegaciones de Líbano e Israel, dos países vecinos técnicamente en guerra, celebraron este miércoles una histórica primera ronda de contactos indirectos para intentar lograr un acuerdo sobre su frontera marítima, con miras a suprimir trabas para la exploración de hidrocarburos, y acordaron un nuevo encuentro el 28 de octubre.

La primera ronda de estas conversaciones duró una hora, según la agencia nacional de información libanesa ANI, y se realizó en los locales de la ONU en Naqura, una localidad fronteriza en el sur del Líbano.

Ambas naciones anunciaron a principios de octubre estas negociaciones, calificadas de «históricas» por Washington, tras años de esfuerzos diplomáticos.

El diálogo se produce poco después de los acuerdos de normalización de las relaciones con Israel firmados por Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin en la Casa Blanca, y a unas dos semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Estas negociaciones también tienen lugar en un contexto regional de fuertes tensiones en el Mediterráneo oriental, sobre los hidrocarburos y el límite de las fronteras marítimas, con Turquía, Grecia y Chipre en el centro de las disputas.

La mediación estuvo a cargo del subsecretario de Estado norteamericano para Medio Oriente, David Schenker.

La segunda ronda de negociaciones se celebrará el 28 de octubre, según una fuente militar libanesa, que requirió el anonimato, citada por la agencia de noticias AFP:

En el encuentro, dos militares y dos civiles –un responsable de la Autoridad del Petróleo y un especialista en derecho marítimo– representaron a Líbano.

La delegación israelí estuvo compuesta por seis miembros, entre ellos el director general del ministerio de Energía, un consejero diplomático del primer ministro Benjamin Netanyahu y el jefe de la dirección de Asuntos Estratégicos del Ejército.

Líbano subrayó el carácter «técnico» y no político de las conversaciones.

Pero los dos partidos chiitas libaneses Hezbollah y Amal fustigaron la presencia de figuras civiles en la delegación libanesa y estimaron que sólo los militares tenían que estar presentes.

«Esto perjudica la posición de Líbano y sus intereses (…) y representa una capitulación frente a la lógica israelí que quiere una especie de normalización», denunciaron en un comunicado.

Estas negociaciones son cruciales para Líbano, cuya economía está en crisis y confía en la prospección marítima de hidrocarburos.

En 2018, el país firmó un primer contrato de exploración con un consorcio internacional, pero los problemas aparecieron cuando dicha búsqueda involucró una zona de 860 km² que los dos países vecinos se disputan.

Una fuente en el ministerio israelí de Energía asegura que la delimitación marítima puede resolverse «en pocos meses» si el proceso se desarrolla sin problemas del lado libanés.

«No nos hacemos ninguna ilusión. Nuestro objetivo no es crear ninguna normalización o proceso de paz», añadió esta fuente.

La última gran confrontación entre Hezbollah e Israel remonta a 2006, cuando una guerra devastadora causó más de 1.200 muertos en el lado libanés, sobre todo civiles, y 160 fallecidos del lado israelí, en su mayoría militares.

Según la ONU, se llevarán a cabo negociaciones sobre la frontera terrestre de forma separada, en encuentros tripartitos supervisados por la Finul, la fuerza de la ONU desplegada en la zona para vigilar la frontera entre los dos países.