Al menos cinco personas murieron este jueves luego de que se registraran disparos en medio de una protesta en la capital libanesa, según indicaron fuentes militares.

La manifestación fue convocada por el grupo Hezbolá y sus aliados que exigen la destitución del juez Tarek Bitar, quien intenta investigar a varios ex ministros, sospechosos de negligencia, por la explosión del puerto de Beirut que dejó al menos 215 personas muertas.

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Aún no estaba claro quién abrió el fuego, pero las tensiones eran altas al iniciar la jornada entre las áreas musulmanas chiítas y cristianas, que acreditan enfrentamientos de larga data.

Las Fuerzas Libanesas Cristianas de derecha movilizaron partidarios el miércoles por la noche después de que Hezbolá y sus aliados convocaran a la protesta para este 14 de octubre contra el magistrado, frente al Palacio de Justicia, ubicado en una zona cristiana.

Una corresponsal de la agencia de noticias AP afirmó que vio a un hombre abrir fuego con una pistola durante la manifestación, así como a individuos armados que disparaban en dirección a los manifestantes desde el balcón de un edificio.

De inmediato se produjo un fuerte despliegue del Ejército que envió vehículos a la zona para buscar a los presuntos agresores.

Los militares advirtieron que abrirían fuego contra cualquiera que disparara y pidieron a los civiles que evacuaran el área.

A través de un comunicado, el primer ministro del país Najib Mikati pidió calma e instó a la población a «no ser arrastrada a los conflictos civiles».

La explosión del 4 de agosto de 2020 en el puerto de Beirut, provocada por el almacenamiento sin medidas cautelares de grandes cantidades de nitrato de amonio, dejó al menos 215 muertos, más de 6.500 heridos y devastó numerosos barrios de la capital.

Las protestas fueron convocadas por el poderoso grupo chiíta Hezbolá, considerado terrorista por algunos países de Occidente, pero que además de una rama armada cuenta con un brazo político que forma parte del Gobierno libanés.

A este llamado también se sumó la organización política chiíta moderada del Líbano, Amal, informa el sitio France24.com.

El martes, el juez Bitar emitió una orden de arresto contra el parlamentario y exministro de finanzas Ali Hassan Khalil, miembro del movimiento chií Amal y aliado de Hezbolá.

Pero se vio obligado inmediatamente a suspender su pesquisa después de nuevas denuncias presentadas por Khalil y otro viceministro y exministro del grupo Amal, Ghazi Zaayter, a quien deseaba interrogar.

Tanto Hezbolá como sus aliados acusan a Bitar de politizar la investigación, mientras que los políticos siguen rehusándose a ser indagados.

El anterior magistrado de la causa fue destituido en febrero tras la presión de altos funcionarios.

Señaladas de negligencia criminal, las autoridades rechazan cualquier investigación internacional y son acusadas por los familiares de las víctimas y varias ONG de entorpecer la investigación local.