A medida que las tropas iraquíes avanzan en la región de Mosul, descubren la envergadura de la industria de armamento de los yihadistas, que va de fábricas de munición a una calle transformada en una cadena de producción de coches bomba.

En los más de dos años que los yihadistas llevan en territorio iraquí, el grupo Estado Islámico (EI) ha establecido un sistema extremadamente bien organizado, nunca igualado por ningún otro movimiento de insurrección, según los expertos.

Estas capacidades de producción han sido una de las principales cualidades de los yihadistas para mantener su control en los territorios conquistados en 2014 en Irak, pero también en Siria.

Todos estos hallazgos efectuados por las tropas iraquíes y kurdas, apoyadas por una coalición internacional, suponen una preciada información que podría ayudar a desbaratar futuros ataques en países occidentales.

«En términos de escala, de organización, de centralización del mando y de precisión en la fabricación, es una novedad», afirmó a la AFP James Bevan, director del grupo Conflict Armament Research, con sede en el Reino Unido.

«No conocía ningún otro grupo armado que fabrique [armamento] a esta escala y con tal grado de coordinación», agregó Bevan, que acudió a Irak con sus equipos para examinar la producción de armas del grupo EI.

Sus trabajos, publicados el miércoles, sacan a la luz un sofisticado sistema de montaje de decenas de miles de obuses de mortero, cohetes y artefactos explosivos, cuya calidad era inspeccionada con regularidad.

Sobre el terreno, Hashim Ali, un experto en minas del ejército iraquí, detalló lo que descubrió en la calle Mart Chmoni, en Qaraqosh.

Esta ciudad, arrebatada al EI en octubre, está situada al sureste de Mosul, bastión del EI y objeto de una ofensiva de las fuerzas progubernamentales.