La Unión Europea reactivará a partir de mañana una normativa que le permite evitar las sanciones estadounidenses contra Irán, con el objetivo de mantener con vida el acuerdo nuclear con el país persa y poner a salvo las inversiones que involucran a Teherán y a compañías del viejo continente.

Así lo anunció hoy Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, durante un encuentro de líderes de la UE en Sofía.

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«Debemos actuar ahora. No negociaremos con la espada de Damocles sobre nuestras cabezas, por dignidad», dijo Juncker al término de la cumbre informal UE-Balcanes de Bulgaria, que ostenta la presidencia rotatoria del bloque.

El objetivo es que la medida entre en vigencia antes de que las sanciones estadounidenses se hagan efectivas el próximo 6 de agosto, para proteger a las pequeñas y medianas empresas para que puedan seguir haciendo negocios con Irán, expresó el funcionario europeo.

Juncker añadió que si Estados Unidos quiere comerciar con la Unión Europea debe acordar una «exención permanente» a los aranceles que la Casa Blanca amenaza con imponer.

El estatuto de bloqueo que empezará a regir mañana prohibiría e incluso penaría a las empresas europeas que cumplan las sanciones que Estados Unidos reactivó contra Irán tras su salida unilateral del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre el país persa y las potencias.

Al mismo tiempo, el estatuto contempla posibles indemnizaciones a las empresas europeas ante eventuales pérdidas derivadas del no cumplimiento de la normativa estadounidense.

No obstante, la aplicación de la ley no está tan clara. La canciller alemana, Ángela Merkel, dijo en Sofía que una indemnización total para algunas empresas parece inviable, informó la agencia de noticias DPA.

El llamado «estatuto de bloqueo» fue ideado en 1996 para contrarrestar las sanciones de Estados Unidos contra Cuba, Irán y Libia, pero no llegó a aplicarse porque aquellas disputas pudieron resolverse a tiempo.

Gran parte de la agenda de la cumbre de la UE, que comenzó anoche con una cena informal de los líderes de los Veintiocho, fue ocupada por la decisión de Trump de romper el acuerdo nuclear iraní y su amenaza de imponer aranceles a las importaciones europeas de acero y aluminio.

La prórroga concedida por Washington a esos intercambios expira el próximo 31 de mayo y los socios europeos, tanto en las instituciones comunitarias como a través de líderes de los Estados miembros, repitieron en varias ocasiones que no están dispuestos a negociar «con una pistola en la cabeza».

Mientras los países europeos temen que las sanciones estadounidenses afecten a las empresas que hagan negocios con Irán, el país persa busca no perder una gran parte de las ventajas económicas que le reportó el acuerdo nuclear de 2015, a cambio de la limitación de sus actividades nucleares.

Por eso, tras la salida de Washington de ese acuerdo, Irán dio un plazo de 60 días para obtener garantías del resto de países firmantes -China, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido- de que seguirán cumpliéndolo, para mantener a flote el pacto sin Estados Unidos.